La ministra juez y parte

abril 21, 2025

Como el resto de ministros actuales es una oclócrata de libro, de las que muestran su plumero en la distancia. Fue el funesto Juan Alberto Belloch, quien años después ostentaría la alcaldía de Zaragoza (2003-2015), etapa marcada por polémicas como la gestión financiera de la Expo 2008, quien impulsó su entrada en política. El mismo Belloch que, como superministro de Justicia e Interior (1993-1996) bajo Felipe González, le ofreció su primer cargo en 1993. Así comenzó la trayectoria política de Margarita Robles, que hoy acumula 28 años entre altos cargos institucionales y ministeriales.

La ministra juez y parte. ¿Defensa o ataque?

Margarita Robles, leonesa de armas tomar (textualmente, pues dirige el Ejército), es ese tipo de magistrada que encontró en la política un campo de batalla más emocionante que el Tribunal Supremo. Ministra de Defensa desde 2018, ha logrado lo imposible: ser la segunda persona en durar más en el cargo desde la democracia, solo superada por Narcís Serra. ¿Secretos? Una mezcla de lealtad férrea a Sánchez y a sus satrapías y un talento innato para soltar perlas que hacen temblar embajadas.

Ministra con galones

  • Venezuela es una dictadura (2024). Lo dijo en plena escalada diplomática con Maduro, provocando que Venezuela llamara a consultas a su embajador. Albares tuvo que apagar el fuego con un la posición la fijo yo, dejando claro con su mentira que la fija el jefe del albañal.
  • En 2018 amenazó con cancelar un contrato de bombas a Arabia Saudí… hasta que Navantia le recordó que había 2.000 millones en juego.
  • El ataque israelí en Gaza es un genocidio (2024). Colocó a España en el ojo del huracán geopolítico.
  • Apoyo a Catalá contra el CGPJ (2018). Defendió al ministro de Justicia cuando este criticó al Consejo del Poder Judicial por no expulsar al juez de La Manada. Exacto sí, magistrada y política oclócrata que cuestiona la independencia judicial… ¡Tomen nota, señorías!.

El músculo de la ministra juez y parte

Jurista de élite reconvertida en ministra beligerante, Robles ejerce el poder con la meticulosidad de una jueza instruyendo un sumario: cada decisión, un auto; cada declaración, un acta de acusación. Su diplomacia de trinchera, sin embargo, evidencia que su brújula moral funciona a golpe de titular, aunque desactive consensos.

Quien investigó los GAL como secretaria de Estado hoy maneja fondos reservados con la opacidad de un estado mayor. Su secreto: aplicar al Ministerio de Defensa el manual del buen juez —hechos, no relatos—, aunque los hechos a veces le estallen en forma de crisis diplomáticas.

A favor y en contra

Fortalezas:
  • Resistencia. Sobrevive a Sánchez desde 2018, como un chaleco antibalas institucional.
  • Pragmatismo. Aprobó la venta de bombas a Arabia Saudí tras el recordatorio de Navantia.
  • Carisma castrense. Logra que los generales la respeten (o no tengan valor de expresarse con libertad) y eso que viene de la toga, no de la guerrera.
Debilidades:
  • Diplomacia grogui. Sus declaraciones son como minas antipersona para Exteriores.
  • Síndrome de Estocolmo. Añora el Supremo, pero prefiere el Ministerio (y sus flotas).

Curiosidades de ministra juez y parte

  • Es la flautista de Hamelín militar: No, no tocó el clarín en la Legión, pero llevó la batuta en la judicatura (primera mujer en presidir la Audiencia de Barcelona).
  • Soy la Rosa Díez del PSOE. Con su estilo no negociable, ha sido el azote de Podemos… y a veces de su propio partido.
  • Secretos de Estado. En 2020, durante la pandemia, Sánchez la puso al mando de la logística militar. ¿Resultado? Ni un solo avión de carga estrellado. La carga que llevaban y los billetes que significaban  es otra cosa.
  • Margarita Robles está soltera y no tiene hijos. Su única acompañante es su perrita Luna, una yorkshire toy que es la alegría de su vida. Ya ven ustedes…
  • El Príncipe, de Maquiavelo sería la obra favorita de nuestra ministra de armas tomar (en versión femenina y constitucionalista), donde la virtú se traduce en lealtad inquebrantable al sistema, manejando tanto expedientes judiciales como presupuestos militares con la misma frialdad táctica.
Margarita Robles, ministra de Defensa

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