Bien e ingratitud

mayo 8, 2025

No hagas el bien si no estás dispuesto a soportar la fuerza de la ingratitud. Confucio.

Si esta sentencia tiene unos 2.500 años de vida, está claro que pocas cosas cambian en la humanidad.

Estamos ante una reflexión sobre la naturaleza humana y la verdadera motivación para actuar con bondad. En ella, el filósofo advierte que el bien hecho no siempre será reconocido ni agradecido, y que quienes eligen hacer el bien deben estar preparados para enfrentar la indiferencia o incluso el rechazo. Esta enseñanza resalta la importancia de la fortaleza interior y el compromiso ético más allá de la expectativa de recompensa o gratitud, un principio que sigue siendo relevante en la sociedad actual.

Ingratitud contra bien

La cita No hagas el bien si no estás dispuesto a soportar la fuerza de la ingratitud refleja la comprensión de la naturaleza humana y social. Advierte que al acto de hacer el bien no siempre se le reconoce ni se le corresponde con gratitud; a menudo, quienes hacen el bien enfrentan indiferencia o incluso rechazo. Esta idea subraya la necesidad de fortaleza interior y desapego respecto al reconocimiento externo para mantener la coherencia ética. En la filosofía confuciana, que valora la virtud y la rectitud en las relaciones humanas, esta enseñanza encaja con la idea del ren (humanidad o benevolencia), que implica actuar correctamente por convicción moral más que por recompensa o reconocimiento.

Confucio enseñó que la armonía social se logra cuando cada persona cumple con su deber ético, aun cuando no reciba gratitud inmediata, porque la virtud debe ser un fin en sí misma y no un medio para obtener aprobación.

Sobre Confucio

Confucio (551-479 a.C.) fue un filósofo y educador chino, fundador del confucianismo, escuela filosófica que ha influido enormemente en la cultura china y de otros países asiáticos como Corea y Japón. Nació en el estado de Lu, en una familia aristocrática empobrecida y, desde joven, mostró gran dedicación al estudio y la enseñanza, rompiendo con la tradición que limitaba la educación a la nobleza.

Su pensamiento se centró en la ética, la educación y la armonía social, promoviendo valores como la benevolencia (ren), la justicia y el respeto por las jerarquías sociales, siempre con un enfoque en la mejora personal y social mediante la virtud y el aprendizaje permanente. Aunque tuvo poco éxito, su legado en las Analectas se convirtió en un pilar fundamental de la cultura y filosofía china.

Confucio

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