Ministra y pájara

mayo 15, 2025

Esta vez eludimos toda la responsabilidad si a Margarita Robles le molesta o cree que es ofensivo este título. La eludimos porque no somos autores de la misma, sino que reflejamos el magno sentir de Su Sanchidad, el de la sentina. Además, si a ella no le ha molestado que el oclócrata jefe le llame así, la coherencia nos dice que tampoco lo hará por verlo escrito en hablarydecir. Aunque la coherencia les es bastante ajena a esta gente…

Margarita Robles. Ministra y pájara

Margarita Robles (León, 1956) es la ministra de Defensa que más tiempo lleva en el cargo desde Narcís Serra, acumulando ya casi siete años de maniobras, desfiles y tormentas políticas desde que Pedro Sánchez la nombró en junio de 2018. Magistrada de carrera y, según los propios WhatsApp de Sánchez y Ábalos, una pájara de mucho cuidado: Margarita se acuesta con el uniforme. Es una pájara, bromeaban en privado, desvelando la zafiedad del Consejo de Ministros.

Como el resto de ministros actuales es una oclócrata de libro, de las que muestran su plumero en la distancia. Fue Juan Alberto Belloch, luego polémico alcalde de Zaragoza (2003-2015) y conocido por su discutida gestión de la Expo 2008, quien impulsó la carrera política de Margarita Robles al ofrecerle su primer cargo en 1993, cuando él era el poderoso superministro de Justicia e Interior bajo Felipe González. Así comenzó la trayectoria política de Margarita Robles, que hoy acumula 28 años entre altos cargos institucionales y ministeriales. Y así sigue, muy escasa de dignidad, eso sí.

Meteduras de pata

La ministra y pájara ha demostrado que, aunque lleve galones, no es inmune a los tropiezos verbales ni a las contradicciones de manual:

  • Defensora acérrima del Poder Judicial… salvo cuando el Gobierno necesita azuzar a los jueces, entonces se muestra más prudente y equilibrista que nunca. Eso sí, cuando Junts ataca a jueces con nombres y apellidos, ella se indigna y los defiende con ardor guerrero, aunque en otras ocasiones no ha dudado en criticar resoluciones incómodas para el Ejecutivo.
  • Fue una de las pocas diputadas socialistas que votó contra la investidura de Rajoy, lo que le valió enemigos internos y el aplauso de la izquierda más dura, aunque luego se convirtió en la ministra sanchista a la que aplaude la exderecha por su perfil institucional y su mano dura con la seguridad del Estado.
  • Muchos le reprochan haber defendido las escuchas del CNI cuando antes criticaba la guerra sucia del Estado. Pero Robles siempre encuentra una explicación: Entonces como ahora, solo defiendo el Estado de derecho.

Ministra y pájara con galones

  • Venezuela es una dictadura (2024). Lo dijo en plena escalada diplomática con Maduro, provocando que Venezuela llamara a consultas a su embajador. Albares tuvo que apagar el fuego con un la posición la fijo yo, dejando claro con su mentira que la fija el jefe del albañal.
  • En 2018 amenazó con cancelar un contrato de bombas a Arabia Saudí… hasta que Navantia le recordó que había 2.000 millones en juego.
  • El ataque israelí en Gaza es un genocidio (2024). Colocó a España en el ojo del huracán geopolítico.
  • Apoyo a Catalá contra el CGPJ (2018). Defendió al ministro de Justicia cuando este criticó al Consejo del Poder Judicial por no expulsar al juez de La Manada. Exacto sí, magistrada y política oclócrata que cuestiona la independencia judicial… ¡Tomen nota, señorías!

Músculos y curiosidades

Quien investigó los GAL como secretaria de Estado hoy maneja fondos reservados con la opacidad de un estado mayor. Su secreto: aplicar al Ministerio de Defensa el manual del buen juez, aunque los hechos a veces le estallen en forma de crisis diplomáticas.

  • Secretos de Estado. En 2020, durante la pandemia, Sánchez la puso al mando de la logística militar. ¿Resultado? Ni un solo avión de carga estrellado. La carga que llevaban y los billetes que significaban  es otra cosa.
  • Margarita Robles está soltera y no tiene hijos. Su única acompañante es su perra Luna, una yorkshire toy que es la alegría de su vida. Ya ven ustedes…
  • El Príncipe, de Maquiavelo sería la obra favorita de nuestra ministra de armas tomar (en versión femenina y constitucionalista), donde la virtú se traduce en lealtad inquebrantable al sistema, manejando tanto expedientes judiciales como presupuestos militares con la misma frialdad táctica.

¡Ay, ministra! ¡Ay, pájara!

 

 

Margarita Robles, ministra de Defensa

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