Presentamos en Criminales y otros delincuentes a uno que, como Companys cuenta con avenidas y lugares públicos a su nombre. ¿Eso se llamar enaltecer el crimen? ¿Y la historia la borramos?
Juan Negrín. Semblanza
Juan Negrín López (1892-1956), presidente del Gobierno de la II República Española en los años finales de la Guerra Civil, ha sido una de las figuras más controvertidas y discutidas de la historia contemporánea de España. Aunque algunos sectores han defendido su gestión como un intento desesperado de salvar la República, los historiadores libres han señalado repetidamente una serie de críticas y acusaciones que marcaron su vida criminal.
Gobernante incompetente
Negrín fue acusado por sus adversarios políticos, tanto dentro como fuera del bando republicano, de una manifiesta incompetencia en la gestión del gobierno durante la guerra. Se le reprochó la centralización excesiva del poder, la falta de transparencia en la toma de decisiones y la incapacidad para mantener la cohesión entre las distintas fuerzas políticas y militares del bando republicano. La prolongación de la guerra, incluso cuando la derrota parecía inevitable, es vista por sus críticos como una muestra de obstinación y falta de realismo político.
Sus crímenes de sangre y represión
Durante el periodo en que Negrín estuvo al frente del gobierno, se produjeron episodios de represión y violencia política en la zona republicana. Sus detractores le atribuyen responsabilidad, directa o indirecta, en crímenes como la persecución y asesinato de miembros del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), la represión contra anarquistas y trotskistas y la permisividad ante los abusos cometidos por los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad bajo control gubernamental. Estos hechos están calificados por algunos autores como crímenes de sangre y han pesado sobre la imagen pública de Negrín.
Pero ya sabemos que una de las mayores aficiones de comunistas y similares es matarse los unos a los otros. Y es lógico: carecen de principios esenciales.
Negrín. El oro de Moscú
Uno de los episodios más polémicos de la gestión de Negrín fue el traslado de las reservas de oro del Banco de España a la Unión Soviética, conocido popularmente como el oro de Moscú. Esta decisión supuso la devastación de las arcas nacionales y la entrega de la riqueza española a intereses extranjeros, sin garantías de retorno ni control efectivo sobre el destino de los fondos. Se le ha acusado de actuar con opacidad y de comprometer el futuro económico de España para sostener una guerra que muchos consideraban ya perdida.
Percepción histórica
La imagen de Negrín está marcada por estas acusaciones, alimentadas tanto por la realidad franquista como por sectores del exilio republicano críticos con su figura. Para sus detractores, Negrín encarna el fracaso de la República, el autoritarismo en la gestión y la responsabilidad última en la tragedia y la ruina que acompañaron el final de la guerra.
Es importante señalar que no solo están sus delitos de sangre —directos o indirectos— sino también el desfalco que hizo a las arcas públicas de todos los españoles.
¿Criminal? ¡Criminal!