Presentamos en Académicos RAE al titular del sillón «J», Carlos García Gual, nacido en Palma de Mallorca en 1943. Su formación intelectual estuvo marcada por el contacto con grandes helenistas como Manuel Fernández Galiano, Francisco Rodríguez Adrados y Luis Gil.
Desde joven mostró una inclinación profunda hacia el mundo clásico, lo que le llevó a especializarse en la literatura y la filosofía griegas. A lo largo de su vida ha mantenido una relación constante con su tierra natal, aunque su carrera académica y profesional se ha desarrollado principalmente en Madrid. García Gual es reconocido no solo por su erudición, sino también por su capacidad divulgativa y su estilo claro, alejado de la jerga excesivamente técnica.
Actividad profesional
A lo largo de su trayectoria, Carlos García Gual ha sido catedrático de Filología Griega en la Universidad Complutense de Madrid, tras haber ejercido en las universidades de Granada, Barcelona y la UNED. Es autor de una extensa obra con libros y artículos sobre literatura clásica y medieval, filosofía y mitología griegas, así como literatura comparada.
Su labor como traductor de textos clásicos griegos ha sido reconocida con el Premio Nacional de Traducción en dos ocasiones. Ha dirigido la sección griega de la Biblioteca Clásica Gredos, una de las colecciones más relevantes en el ámbito de los estudios clásicos en lengua española y ha colaborado como crítico literario en medios como El País y Revista de Occidente. Además, ha impartido conferencias y cursos en universidades tanto españolas como extranjeras, contribuyendo de forma notable a la difusión de la cultura clásica.
García Gual en la RAE
Fue elegido académico de número de la Real Academia Española el 30 de noviembre de 2017. Tomó posesión de su plaza el 17 de febrero de 2019, con un discurso titulado Historias de amantes peregrinos. Las primeras novelas, al que respondió Carmen Iglesias en nombre de la corporación.
En diciembre de 2022 fue elegido segundo vocal de la Junta de Gobierno de la RAE, cargo que ocupa actualmente. Su presencia en la Academia refuerza la dimensión humanística y filológica de la institución, y su labor como académico se caracteriza por una participación activa en la vida cultural y científica de la RAE.