Texto íntegro de Placeres culinarios
Microrrelato de Elena Casero
La convivencia en vecindad siempre es difícil y yo, según afirman todos, soy muy rara. Se quejan de todo lo que hago: que si la ropa chorrea, que si el gato maúlla, que si el niño se desliza por la barandilla de la escalera, que si, que si…
La última protesta ha sido porque mis comidas huelen de manera diferente y humean en exceso. Puede que sea rara, no lo niego, pero también soy de las que encuentra una solución para los problemas.
Si la ropa chorrea, coloco un plástico debajo; que el gato maúlla, le pongo una mascarilla con efecto de sordina; que el niño quiere bajar aprisa, lo descuelgo con una cesta por el balcón hasta la calle. Con el asunto de las comidas, no iba a ser diferente. La solución que encontré ha sido efectiva, porque cada vez se quejan menos. En estos momentos solo me quedan cinco vecinos: el matrimonio del primero, las dos viejecitas del segundo y la renegona del tercero.
El que menos humeó fue el portero. A la del tercero la guardo para el final. Después de eso tenderé la ropa sin plástico y el gato podrá maullar a su antojo.
Sobre Placeres culinarios
Es un microrrelato que transforma una situación cotidiana en una revelación. La narradora expone quejas vecinales comunes —ropa que chorrea, gato que maúlla, comidas que huelen— y plantea soluciones aparentemente ingeniosas. El tono es práctico y sereno, lo que permite que el lector se mantenga dentro de una lógica doméstica hasta el giro final: los vecinos han sido asesinados y utilizados como ingredientes, en una resolución que la narradora considera eficaz.
La estructura está cuidadosamente construida. Casero utiliza enumeraciones y una progresión narrativa que va de lo trivial a lo macabro sin alterar el tono. El lenguaje es directo, sin adornos, y cada frase cumple una función en la preparación del desenlace. El humor negro se sostiene en el contraste entre la normalidad del discurso y la gravedad de los hechos.
El relato funciona por su economía expresiva y por la coherencia interna del personaje. Casero no necesita explicitar la violencia; basta con sugerirla en el contexto de una lógica doméstica llevada al extremo. El resultado es un microrrelato eficaz, inquietante y preciso.
Sobre Elena Casero
Nació en Valencia en 1954. Se formó como Técnico de Empresas Turísticas, pero desarrolló su carrera profesional como administrativa durante más de cuarenta años. Tras su jubilación, se trasladó a una aldea de la provincia de Valencia, donde se dedica plenamente a la escritura.
Su obra abarca novela, relato corto y microrrelato. Aunque comenzó escribiendo novelas, ha destacado especialmente en el género breve, donde ha desarrollado un estilo contenido, introspectivo y preciso. Sus textos suelen tratar sobre asuntos como la soledad, el paso del tiempo y las relaciones humanas, con un lenguaje sobrio y sugerente.
Ha publicado varias novelas y colecciones de relatos y ha participado en numerosas antologías dedicadas al microrrelato. Su escritura se reconoce por su capacidad para condensar significados en pocas palabras, sin recurrir al artificio ni a la espectacularidad.
¡Bienvenida a los Microrrelatos de hablarydecir, Elena Casero!