Estamos ante una de las figuras más relevantes de la Ilustración española, conocido por su erudición y su extraordinaria labor como humanista, helenista, latinista, bibliógrafo y lexicógrafo.
Juan de Iriarte. Formación y primeros años
Nacido en Puerto de la Cruz (Tenerife) en 1702, desde joven demostró una inteligencia precoz y una inclinación hacia el estudio de las lenguas clásicas. Enviado a París con apenas once años, fue discípulo de Voltaire en el Liceo Louis-le-Grand y profundizó sus estudios en Francia e Inglaterra, donde perfeccionó su dominio del latín, el griego y varias lenguas modernas.
Sus méritos
A su regreso a España, ocupó cargos de confianza en Palacio y obtuvo el nombramiento de bibliotecario real en 1732. Ejerció como jefe de la sección de manuscritos, impulsando durante casi cuatro décadas la catalogación y adquisición de valiosas colecciones para la Biblioteca Real. También fue preceptor de los hijos de los duques de Béjar y de Alba y del infante don Manuel de Portugal, lo que subraya su prestigio como educador.
Como traductor oficial de la Secretaría de Estado, redactó despachos latinos y franceses para las cortes europeas. Participó activamente en el Diario de los Literatos, colaborando con los principales ilustrados del momento. Desde los círculos literarios defendió la vigencia de los autores clásicos españoles frente al clasicismo dominante.
Su trabajo como latinista y helenista se evidencia en la edición de gramáticas, estudios sobre sintaxis y paleografía griega.
Juan de Iriarte en la RAE
La Real Academia Española lo eligió académico de número el 21 de septiembre de 1747 y ocupó el sillón Z hasta su fallecimiento en 1771.
Juan de Iriarte fue nombrado miembro supernumerario de la RAE en 1743 y ocupó la plaza de académico de número el 21 de septiembre de 1747, correspondiéndole el sillón Z. Posteriormente, en 1754, fue elegido tesorero y revisor del Diccionario de autoridades, cargo desde el cual colaboró estrechamente con Ignacio de Luzán en la elaboración de las etimologías y en la preparación de la primera gramática académica, que se publicó en 1771.
Legado intelectual
Su vasta obra comprende ediciones críticas, gramáticas en verso, estudios sobre sintaxis, refranes y críticas literarias. Además de una copiosa correspondencia en latín que se descubrió décadas después de su fallecimiento.
Iriarte dejó huella como académico y como modelo de erudición y compromiso con la cultura y la tradición clásica de España. Falleció en Madrid en 1771, a los 68 años de edad, dejando tras de sí una vida consagrada al saber y al servicio público.