Quizá ya lo sabía, pero los Aguarales de Valpalmas –o de Valdemilaz–, son una formación geológica de aspecto escultórico, situada en el municipio de Valpalmas, en la comarca zaragozana de las Cinco Villas.
Se trata de un paisaje modelado por la erosión hídrica interna y superficial sobre materiales arcillosos y limo-arenosos, en un entorno semiárido donde las lluvias torrenciales han esculpido formas caprichosas, frágiles y sugerentes.
El terreno presenta una morfología abarrancada, con cárcavas, tubos y estructuras erosionadas. El término aguaral, de origen aragonés, designa precisamente este tipo de paisaje excavado por el agua, donde la fragilidad del suelo y la violencia de las precipitaciones generan un relieve efímero, cambiante y singular.
Aguarales de Valpalmas. Singularidades
- Erosión hídrica interna causada por la infiltración del agua en el subsuelo, que disuelve y arrastra partículas finas, generando galerías que forman tubos y barrancos.
- Materiales deleznables, como limos y arcillas sódicas, que se disgregan al contacto con el agua, favoreciendo la formación de estructuras efímeras.
- Costras sedimentarias temporales. Se forman tras lluvias intensas y protegen momentáneamente las formas antes de su desmoronamiento.
- Paisaje dinámico y frágil, en constante transformación, donde cada episodio de lluvia puede alterar la morfología del terreno.
- Entorno semiárido, con precipitaciones escasas pero violentas, lo que intensifica el modelado erosivo y la creación de formas inestables.
- Comparación estética con formaciones exóticas, como las chimeneas de hadas de Capadocia o los paisajes kársticos.
- Ausencia de infraestructuras invasivas, sin iluminación artificial ni señalética, lo que preserva su carácter natural y contemplativo.
- Valor geológico y pedagógico, ideal para explicar procesos de erosión, dinámica del suelo y evolución de paisajes en ambientes extremos.
- Potencial fotográfico y narrativo, por sus formas inverosímiles, su textura y su capacidad de evocar paisajes de otros mundos.
- Inserción en un contexto cultural aragonés poco explotado, con vínculos a la memoria local, la ciencia y la literatura de paisaje.
- Huella biográfica de Ramón y Cajal, que vivió en Valpalmas durante parte de su infancia, en una etapa que él mismo recordó en sus memorias, marcada por el aislamiento rural y la observación del entorno natural.