Quizá ya lo sabía pero en el corazón del Parque Nacional Volcán Tenorio, al norte de Costa Rica, se encuentra uno de los fenómenos naturales más sorprendentes del país: el Río Celeste.
Este río, famoso por su intenso color azul turquesa, serpentea entre selvas húmedas, fumarolas volcánicas y cascadas de niebla, creando un paisaje que parece extraído de un mito tropical. El parque forma parte del Área de Conservación Arenal-Tempisque y se sitúa en la provincia de Guanacaste, cerca de la frontera con Alajuela.
El río Celeste
- Su color azul celeste no proviene de pigmentos, sino de un fenómeno óptico: la dispersión de la luz causada por la mezcla de minerales en el punto conocido como Teñidero, donde se unen dos ríos de composición distinta.
- Su cascada de más de 30 metros de altura, rodeada de vegetación exuberante, parece teñida por el mismo azul sobrenatural del río.
- Las aguas termales naturales brotan en ciertos puntos del recorrido, alimentadas por la actividad volcánica del Tenorio.
- Las fumarolas y burbujeos emergen del lecho del río, recordando que, bajo la selva, late un sistema volcánico activo.
- La biodiversidad del entorno: especies endémicas de flora y fauna, como jaguares, tapires, tucanes y ranas de colores intensos.
- El contraste entre el azul del agua y el verde profundo de la selva tropical crea una experiencia visual casi onírica.
- La leyenda local atribuye el color del río a un gesto divino: cuando Dios terminó de pintar el cielo, lavó sus pinceles en estas aguas.
- El acceso controlado y regulado, permite preservar el ecosistema y garantiza una experiencia de contacto respetuoso con la naturaleza.
- Da la sensación de estar en un lugar donde la ciencia y el mito se entrelazan y donde cada curva del río parece contar una historia distinta.