El arikara —también conocido como Sáhniš— pertenece a la familia caddoana, dentro del subgrupo septentrional que comparte con el pawnee, aunque ambas lenguas no son mutuamente inteligibles.
Su territorio histórico se sitúa en las Grandes Llanuras del norte, especialmente en la actual Dakota del Norte, donde el pueblo arikara vivió durante siglos como sociedad seminómada dedicada a la agricultura y la caza.
La separación entre arikara y pawnee se sitúa aproximadamente en el siglo XV, cuando ambos grupos divergieron cultural y lingüísticamente.
Arikara. Historia sociolingüística
La lengua arikara fue durante siglos el vehículo de cohesión social, transmisión ritual y organización comunitaria del pueblo.
En el siglo XIX, cuando Lewis y Clark contactaron con los arikara, su población rondaba los 30.000 individuos, pero las epidemias de viruela redujeron drásticamente la comunidad a unos 6.000 miembros. Este colapso demográfico tuvo un impacto directo en la vitalidad lingüística. A comienzos del siglo XXI, el número de hablantes nativos se reducía a menos de treinta, la mayoría ancianos, lo que sitúa la lengua en una situación crítica según la UNESCO.
Fonología y rasgos estructurales
El arikara presenta una fonología característica de las lenguas caddoanas, con un inventario consonántico amplio y un sistema vocálico reducido.
Su estructura morfológica es marcadamente polisintética: una sola palabra puede incorporar información sobre sujeto, objeto, aspecto, dirección y modalidad. Esta complejidad morfológica ha sido documentada en estudios lingüísticos y en recopilaciones de relatos tradicionales que preservan estructuras sintácticas propias del idioma.
La lengua utiliza el alfabeto latino en su estandarización moderna, adaptado para representar fonemas específicos del sistema caddoano.
Usos culturales y simbólicos
A pesar de su declive, el arikara mantiene un papel significativo en ceremonias, cantos y reuniones tradicionales. Su presencia en la memoria colectiva del pueblo funciona como un marcador identitario y como un vínculo con la historia precolonial.
La lengua aparece también en representaciones culturales contemporáneas, como en la película The Revenant (2015), donde se emplea en diálogos y referencias al pueblo arikara.
Revitalización y enseñanza
En las últimas décadas, la comunidad ha impulsado un proceso de revitalización lingüística. El MHA Language Project desarrolla diccionarios, materiales didácticos, aplicaciones móviles y programas educativos para la enseñanza del arikara en escuelas y centros comunitarios.
La lengua se imparte en instituciones como Fort Berthold Community College y el Arikara Cultural Center, donde se trabaja tanto la documentación lingüística como la transmisión intergeneracional. Estas iniciativas buscan no solo preservar el idioma, sino reinsertarlo en la vida cotidiana de la comunidad.
Arikara. Situación actual y perspectivas
Está clasificado como lengua en peligro crítico, con un número muy reducido de hablantes fluidos y una transmisión intergeneracional prácticamente interrumpida. Sin embargo, el esfuerzo comunitario, la producción de materiales pedagógicos y la creciente visibilidad cultural ofrecen un horizonte de resistencia.
La revitalización no garantiza la recuperación plena, pero sí la continuidad simbólica y funcional de una lengua que ha sobrevivido a colapsos demográficos, desplazamientos y presiones de asimilación.




