Exordio
Comparece hoy en Polímatas un español cuyo nombre suena bastante pero pocos conocen realmente sus hechos.
Marcelino Menéndez Pelayo (Santander 1856-1912) fue un erudito, historiador y crítico literario español de extraordinaria capacidad intelectual, considerado el hombre más culto de su época. Destacó por su vasta producción académica que abarcó múltiples disciplinas: historia, literatura, filosofía y filología y su trabajo sigue siendo relevante en el ámbito académico actual. Fue elegido académico de la RAE a los 24 años. Su obra, que fue continuada por sus discípulos, sigue arrojando luz y guiando la investigación de la historia de la literatura en España, que ha encontrado vías nuevas a las abiertas en su día por el crítico.
Marcelino Menéndez Pelayo. Sus inicios
Fue un niño prodigio que destacó por su extraordinaria memoria e inteligencia desde muy joven. Estudió en Barcelona bajo la tutela de Manuel Milá y Fontanals, y posteriormente en Madrid y Valladolid. A los 22 años, en 1878, obtuvo la cátedra de literatura de la Universidad de Madrid, un logro excepcional para alguien tan joven. Sus primeras obras importantes fueron La ciencia española (1876) e Historia de los heterodoxos españoles (1880-1882), que lo establecieron como un erudito precoz y polémico.
¿Por qué fue Menéndez Pelayo un polímata?
- Amplitud de conocimientos. Dominaba la literatura, historia, filosofía, filología clásica y moderna y teología.
- Capacidad de síntesis. Su obra integra diversas disciplinas, como se aprecia en su Historia de las ideas estéticas.
- Memoria prodigiosa. Se le atribuía una capacidad de retención excepcional, que le permitía manejar una vastísima información.
- Producción prolífica. Su obra abarca miles de páginas sobre temas muy diversos.
- Innovación metodológica. Combinó el espiritualismo católico con metodologías modernas como las de Hippolyte Taine.
- Influencia duradera. Sus trabajos sentaron las bases para futuros estudios en diversos campos, especialmente en la historia de la literatura española.
Su obra
¡Quién contara ahora en España con un Menéndez Pelayo!
Menéndez Pelayo consideró al catolicismo como el eje central de la cultura e identidad española. Veía la tradición católica como fundamental para el espíritu nacional de España. Su obra defendió y reivindicó la tradición cultural católica española frente a influencias extranjeras.
Además desarrolló una visión nacionalista de la cultura española, buscando exaltar las tradiciones y logros intelectuales propios frente a influencias foráneas. Su obra contribuyó a definir una concepción de la identidad nacional española basada en el catolicismo y la tradición.
Español, catalán, latín, griego, y probablemente francés, italiano y alemán o inglés eran las lenguas que dominó este gran polímata español. No seríamos capaces de citar toda la obra de Menéndez Pelayo pero reseñaremos las que consideramos más relevantes separadas por materias:
Historia y crítica literaria
Historia de los heterodoxos españoles (1880-1882), Historia de las ideas estéticas en España (1883-1884), Antología de poetas líricos castellanos (1890-1908) y Orígenes de la novela (1905-1910).
Filosofía e historia de las ideas
La ciencia española (1876) y Ensayos de crítica filosófica (1892).
Poesía y traducción
Estudios poéticos (1878).
Reconocimientos y cargos
Tanto la brillantez intelectual como su capacidad de trabajo, le valieron a Menéndez Pelayo numerosos reconocimientos. Algunos de ellos son: miembro de la Real Academia Española a los 24 años, director de la Biblioteca Nacional desde 1898, miembro de las Reales Academias de Ciencias Morales y Políticas, Bellas Artes, y de la Historia.
Como curiosidad añadiremos que su biblioteca personal, de más de 40,000 volúmenes, fue donada a la ciudad de Santander.
Marcelino Menéndez Pelayo murió a los 55 años en Santander, el 19 de mayo de 1912.