Rafael Sánchez Mazas
Texto íntegro del poema Al que tenga en sus manos mi calavera, de Rafael Sánchez Mazas
Bien pelada por ávidos gusanos,
nítida, calva, sonriente, huera,
tibia de sol tendrás mi calavera
bajo el cielo de abril, sobre tus manos.
En ella buscarás ecos lejanos
como si un caracol marino fuera,
pues te llegó rodando a su manera
del tiempo en los ignotos océanos.
Tú le preguntarás, dime ¿qué sabes
del tiempo en que tu risa florecía
y el dulce amor sobre tus ojos era?
Y respondiendo a tus preguntas graves
amarga y voluptuosa de ironía
reirá bajo el sol mi calavera.
Sobre Al que tenga en sus manos mi calavera
Hemos elegido esta obra para nuestro Poemario porque estamos ante una pieza llena de misticismo y profundidad filosófica, una obra magistral de Rafael Sánchez Mazas. Al que tenga en sus manos mi calavera contempla la idea de la mortalidad y la continuidad del espíritu a través de la imagen de su propia calavera en manos de otro. Sánchez Mazas utiliza una mezcla de solemnidad y desafío, instando al lector a contemplar no solo la muerte, sino también la vida que precede a ese inevitable destino.
La calavera se convierte en un símbolo de la memoria y la permanencia, sugiriendo que aunque el cuerpo pueda perecer, la esencia de la persona y sus pensamientos perduran. Este poema es un recordatorio de la dualidad entre la vida y la muerte, la fragilidad humana y la resistencia del espíritu.
Sobre Rafael Sánchez Mazas
Rafael Sánchez Mazas, nacido en Madrid el 18 de febrero de 1894 fue un destacado escritor, periodista y político español. Fue uno de los fundadores del movimiento falangista en España y miembro del gobierno del generalísimo Francisco Franco. Se le atribuye la creación del lema ¡Arriba España! como consigna nacional y es autor de dos estrofas del Cara al Sol: Volverán banderas victoriosas, al paso alegre de la paz.
Estudió Derecho en la Universidad de Madrid y durante su carrera, fue corresponsal en Roma para el diario ABC siendo testigo del golpe de Estado fascista de Mussolini. Después de la guerra, ocupó varios cargos en el gobierno del Caudillo, como Ministro sin cartera y Procurador en las Cortes Generales.
Su obra
La prosa elegante y erudita de Sánchez Mazas, junto con su profundo conocimiento de la cultura italiana y clásica, lo convirtieron en una de las figuras más destacadas de la literatura española del siglo XX.
Su novela La vida nueva de Pedrito de Andía fue aclamada por la crítica, siendo considerada por algunos como una novela que roza la perfección. También es autor de Pequeñas memorias de Tarín (1915) y las obras póstumas Vaga historia de cien años (1973), Rosa Kruger (1984) y Las aguas de Arbeloa y otras cuestiones (1983).
En poesía: Quince sonetos para quince esculturas de Moisés Huerta (1944) y Sonetos de un verano antiguo y otros poemas (obra póstuma editada en 1971)
Además fue un consumado ensayista filosófico y político como demuestra en Fundación, Hermandad y Destino (1957) así como cronista y corresponsal en Marruecos y en Roma. En definitiva, un patriota y un excelente intelectual, de los de verdad.
Rafael Sánchez Mazas falleció en Madrid el 18 de octubre de 1966, a los 72 años de edad.