Olga Bernad
Amanecer de la muchacha muerta, de Olga Bernad
El arcángel borracho de los sueños esconde
un país de cartón debajo de las alas.
Al levantarlas veo una muchacha muerta.
Y no quiero mirarla. A tientas busco algo
—quizá el interruptor que ilumine mi almohada—
pero una brusca oscuridad se enciende.
La irrealidad se lleva sus secretos.
Yo de nuevo.
Soy yo.
Estamos yo y la vida.
Lentamente amanece y, lentamente,
arrastrando cadenas de su noche,
mareas y resacas de otro mundo,
(su inevitable aliento a despedida)
nace con luz de fatigado símbolo
el día por delante, la pregunta
que hoy volveremos a dejar en blanco.
Sobre Amanecer de la muchacha muerta
La obra que hoy incorporamos a nuestro ya extenso Poemario es una pieza breve y densa que versa sobre el tránsito entre el sueño y la vigilia, la presencia de la muerte y la persistencia de la vida. El texto se construye sobre imágenes oníricas y simbólicas, en las que el arcángel borracho de los sueños, el país de cartón y la muchacha muerta configuran un espacio liminar entre lo real y lo irreal.
El poema inicia con la figura del arcángel, que esconde bajo sus alas un país de cartón, símbolo de fragilidad y de lo efímero. La visión de la muchacha muerta sugiere la irrupción de la muerte en el espacio íntimo del yo lírico, que reacciona con rechazo (Y no quiero mirarla).
La segunda parte del poema marca el retorno al yo. Aquí, la voz poética se afirma en su existencia, aunque marcada por la experiencia de la noche y la muerte. El amanecer es lento y pesado. La luz del nuevo día es de fatigado símbolo, lo que sugiere un renacimiento sin júbilo, teñido de cansancio y de inevitabilidad.
El poema concluye con una referencia a la incertidumbre existencial y la imposibilidad de hallar respuestas definitivas ante la vida y la muerte.
Bernad emplea un lenguaje sobrio y preciso, cargado de imágenes potentes y de una musicalidad contenida. El uso de la paradoja, la acumulación de símbolos y la fragmentación del discurso refuerzan el carácter introspectivo y enigmático del poema.
Sobre Olga Bernad
Olga Bernad (Zaragoza, 1969) es poeta y narradora, licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza. Ha publicado los poemarios Caricias perplejas (2009), Nostalgia armada (2011), El mar del otro lado (2012), Perros de noviembre (2016) y La vida extrema (2022), así como las novelas Andábata (2010) y El buen amor (2013). También es autora de la recopilación de prosas Algunos cisnes negros (2013) y del libro de relatos El polvo nihilista (2019). Su obra ha sido traducida al griego, francés y árabe, y ha participado en numerosas antologías y revistas literarias.
NOTA. Amanecer de la muchacha muerta está publicado en el Poemario Nostalgia Armada.