Exordio
¿Acaso no recuerdan que desde chiquititos nos enseñaron que, en español, todas las palabras terminadas en -aje se escribían con jota? Claro que sí. ¿Entonces es incorrecto escribir ambages, así, con ge? Al contrario. ¿Es falsa esa norma? No. Vaya lío. Veamos si podemos aclararlo.
Ambages. Significado
Dos acepciones nos indica el diccionario oficial de la RAE: rodeos de palabras o circunloquios y rodeos o caminos intrincados, como los de un laberinto. Como sinónimos señala rodeos, circunloquios y sutilezas.
Es curioso, y muy importante, tener en cuenta que esta palabra no existe en singular, solo es correcta con la ese final, ambages.
Etimología
La palabra ambages tiene su origen en el latín ambāges, que significa rodeos, vueltas y sinuosidades. En latín, se usaba en un sentido figurado para referirse a circunlocuciones o ambigüedades. Esta palabra es un prefijado con amb- (por uno y otro lado) sobre la raíz del verbo agere (impulsar hacia adelante, mover, llevar adelante). Idéntico origen tienen otras palabras como ambagioso.
Ambages. Usos
Los ambages se utilizan en varios contextos y cumplen diferentes funciones en el lenguaje y la comunicación. Por ejemplo, en el ámbito de la diplomacia y la política, los ambages se usan como una estrategia retórica para suavizar o diluir declaraciones contundentes. En la literatura, los ambages se utilizan como una técnica estilística para crear efectos poéticos o para sugerir significados más sutiles.
La excepción a la regla
La regla es: Se escriben con jota todas las palabras que terminan con los sonidos -aje o en -eje. Ejemplos: viaje, hereje, tejemaneje, embalaje, reportaje…
Existe la errónea idea de que ambages procede del francés pero eso es solo una media verdad. Si así fuese, en español no habría ambages sino ambajes. Sería el mismo caso de garaje, bricolaje, chantaje o brevaje, palabras que provienen del francés y que se adaptan a la norma del español sustituyendo la ge de la palabra francesa por la jota de la española.
El quid de la cuestión se va aclarando, creo. Y culmina con una afirmación rotunda: ambages no viene del francés, sino directamente del latín, aunque ese vocablo exista también en francés. Y en latín se escribe con ge: ambāges.
Aunque el francés y el español la tomaron del latín, en español se considera un préstamo directo del latín. Esto se debe a que la palabra ha mantenido su forma y significado desde el latín hasta el español.
Otras excepciones
No es ambages la única excepción a la regla de las palabras terminadas en -aje. Aunque, ciertamente, se trata de dos ejemplo muy rebuscados existen otros términos excepcionales: enálage e hipálage. La causa, la misma, estas también vienen del latín y en esa lengua se escribían con ge.