A perdonar solo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho. Jacinto Benavente
Seguimos implementando nuestra sección de citas con esta de don Jacinto Benavente.
Sobre Perdonar
Cuando experimentamos la vulnerabilidad de pedir perdón y somos testigos de la gracia de ser perdonados, aprendemos la importancia de perdonar, de extender ese mismo acto hacia los demás. De esta forma, el perdón no es solo un gesto hacia los demás, sino también un regalo que nos damos a nosotros mismos.
Claro, el verdadero aprendizaje del perdón no proviene únicamente de la teoría o de la simple voluntad, sino de la experiencia personal. Solo cuando hemos estado en una situación en la que hemos cometido errores y hemos dependido del perdón de otros, somos capaces de comprender plenamente lo que implica perdonar. La necesidad de ser perdonados nos hace más humildes y comprensivos frente a las faltas ajenas, pues reconocemos en nosotros mismos la posibilidad del error y la importancia de la compasión.
En definitiva, Benavente nos recuerda que el perdón es un acto de empatía y humanidad, que se cultiva a partir de nuestra propia vulnerabilidad y de la experiencia de haber necesitado, en algún momento, la indulgencia de los demás.
Sobre Jacinto Benavente
El madrileño (1866-1954) fue un prolífico dramaturgo, director de cine y guionista español. En 1922 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Jacinto Benavente (Madrid, 1866-1954) fue un dramaturgo español clave en la renovación del teatro del siglo XX. Premio Nobel de Literatura en 1922 por su contribución al género dramático, destacó por su crítica social y su enfoque moderno del costumbrismo.
Abandonó Derecho para dedicarse a la literatura, viajó por Europa y trabajó como empresario circense, experiencias que influyeron en su obra. Escribió 172 obras, entre ellas Los intereses creados (1907), considerada su obra maestra por fusionar la comedia del arte italiana con la sátira social y La malquerida (1913), drama rural de intenso análisis psicológico.
Miembro de la Real Academia Española (1916), su teatro se caracterizó por diálogos naturales y tramas verosímiles, alejándose del melodrama decimonónico. Aunque criticado por su tono frívolo en algunas obras, su influencia en el teatro hispanoamericano fue decisiva.
Jacinto Benavente falleció en Madrid, el 14 de julio de 1954, a los 87 años de edad.