En hablarydecir no vamos a callarnos por temor a nada ni a nadie, y mucho menos a una pandilla de gángsteres (demostrado queda) que imponen una sola visión histórica mediante ley.
Batalla de Seseña: contexto
En el otoño de 1936, el ejército nacional, tras la liberación del Alcázar de Toledo, dirigía su ofensiva hacia Madrid con determinación y disciplina. La columna del coronel Monasterio, compuesta por fuerzas de caballería y apoyos artilleros, ocupaba Seseña, un enclave estratégico en el camino a la capital. El avance nacional, aunque ralentizado por la reorganización republicana, mantenía la iniciativa y el control territorial.
La sorpresa blindada: irrupción de los T-26
El 29 de octubre, la guerra vivió un episodio inédito: la aparición de los tanques soviéticos T-26, enviados por la República y tripulados por especialistas extranjeros. Los carros, protegidos por la niebla y avanzando con escotillas abiertas, sorprendieron a los defensores de Seseña, que inicialmente dudaron de su identidad. Sin embargo, la reacción nacional fue inmediata: la guarnición, liderada por el capitán Sánchez Pérez, se replegó a las primeras casas del pueblo y organizó la defensa ante el avance blindado.
Resistencia y táctica nacional
Frente al asalto mecanizado, la respuesta nacional se basó en disciplina y adaptación. Los defensores improvisaron obstáculos y, valiéndose de la artillería y de tácticas de combate urbano, lograron inutilizar varios tanques enemigos. El uso de cócteles molotov y el fuego concentrado permitieron incendiar y detener algunos carros en el centro del pueblo, forzando la retirada de los restantes al caer la tarde.
Batalla de Seseña. Consecuencias
Supuso una victoria defensiva para el ejército nacional: la localidad se mantuvo bajo su control y los objetivos republicanos no se cumplieron. Pese a la destrucción material causada por los tanques, la guarnición resistió con bajas considerables pero manteniendo la cohesión y el control del terreno. El episodio demostró la capacidad del ejército nacional para adaptarse a nuevas amenazas tecnológicas y consolidó su posición en la ofensiva hacia Madrid.
Seseña marcó el primer enfrentamiento directo con blindados soviéticos y dejó claro que, pese a la innovación soviética, la firmeza y la organización nacional podían neutralizar el factor sorpresa. La batalla anticipó la dureza de la resistencia en Madrid y consolidó la moral de las tropas nacionales ante los desafíos técnicos y humanos del conflicto.
¿Es delito contarlo señor delincuente del albañal? Pues ya puede darle órdenes al fiscal general de su sanchidad, el ministro de la fiscalía...