Exordio
Presentamos hoy en Rescatando palabras olvidadas a un vocablo que en dos de sus tres acepciones tiene actualmente un uso común y habitual. La cuestión radica en la tercera y última que, oficialmente, está en desuso. De ahí queremos rescatarla.
Cachivache. Origen
Su primera aparición documentada se remonta a 1599, cuando Mateo Alemán la incluyó en su obra Guzmán de Alfarache, marcando así el inicio de su larga trayectoria en la lengua escrita.
El origen etimológico de cachivache ha sido objeto de debate entre los lingüistas. Sebastián de Covarrubias, en el Tesoro de la lengua castellana o española (1611), propuso que la palabra surgió de la unión de cachos (pedazos) y vasos. Por su parte, la Real Academia Española sugiere una derivación de cacho (trozo de algo) con una reduplicación expresiva, mientras que otra teoría señala a una combinación de cacho (cazo o cacharro) y cacharro, este último proveniente del latín cacabus, que significa olla.
Significado
Tres acepciones contempla el diccionario oficial:
- Cosa rota o inservible (despectivamente).
- Trebejo (despectivo). Actúan como sinónimos: trasto, trebejo, cacharro, chisme, tiliche, andariveles, traste, tarantín, tareco y tereque.
- Persona grotesca, embustera e inútil (desusado).
Cachivache. Usos
Aunque hoy se usa en singular, originalmente era más frecuente encontrarla en su forma plural, cachivaches.
La popularidad y expresividad de cachivache ha trascendido el lenguaje cotidiano para adentrarse en el mundo del entretenimiento. Así, en la versión hispanoamericana de la película animada La Sirenita de Disney, estrenada en 1989, se utilizó este término, aunque posteriormente fue reemplazado por artilugio en un redoblaje, buscando un término más neutro o comprensible para una audiencia más amplia.
En el habla cotidiana, cachivache se ha integrado en diversas expresiones que reflejan su versatilidad. Es común escuchar frases como ¿Para qué sirven estos cachivaches? o Voy a regalarte una cafetera nueva así tiras a la basura ese cachivache.
Corolario
Pese a la situación de desuso que atribuye la RAE a la tercera acepción, en hablarydecir somos firmes defensores de la misma (Persona grotesca, embustera e inútil) y, por esa razón, la traemos a esta sección de Rescatando palabras olvidadas.
Sin duda, siguiendo esa acepción, hay demasiados cachivaches por todos los lugares: en la política, en la gran empresa, en la religión, en la cultura, en la prensa y en la sociedad en general. Los ha habido desde que el mundo es mundo, pero el ejemplo de Sánchez y sus bandas es tan colosal que siempre hay quienes pretenden emularles.
¡Sánchez cachivache!
NOTA: Recuerden que estamos a su disposición para cuanto deseen comentar en hablar@hablarydecir.com y en hablarydecir@gmail.com.