Los insultos, lejos de ser simples exabruptos, constituyen un patrimonio lingüístico cargado de historia y matices culturales. Cada término encierra una genealogía que revela cómo la sociedad ha castigado la charlatanería, la torpeza o la falsedad.
Este minitratado busca rescatar esas palabras con precisión editorial y resonancia simbólica.
| Insulto | Refitolero |
|---|---|
| Significado | Charlatán de feria, embaucador que exagera virtudes o mercancías para engañar. También cotilla y fisgón |
| Etimología | Del verbo refitolear, usado en Aragón y Castilla para adornar en exceso o engalanar con artificio. Evolucionó hacia quien embellece con palabras lo que carece de valor |
| Usos comunes | No le hagas caso, es un refitolero de promesas políticas. / Ese vendedor resultó ser un refitolero de baratijas |
| Curiosidades | El término aparece en pliegos de cordel del siglo XIX y en refranes populares aragoneses. Su uso como insulto combina crítica al exceso verbal con desprecio hacia la falsedad |
El insulto refitolero, cuando se afina con rigor, deja de ser vulgaridad y se convierte en crítica certera: memoria verbal de la cultura y espejo de sus excesos.
NOTA. En noviembre de 2024 publicamos otro artículo sobre este vocablo en nuestra sección Rescatando palabras olvidadas. El de hoy se refiere, sin embargo, al insulto refitolero considerado exclusivamente como tal.




