El Barranco de Forcos

agosto 30, 2025

Quizá ya lo sabía, pero el Barranco de Forcos, también conocido como A Glera d’Otal, es una garganta encajada en el corazón del Sobrepuerto aragonés, cerca del pueblo de Bergua, en la comarca oscense del Alto Gállego.

Es un rincón remoto, salvaje y profundamente estético, donde el río Forcos ha esculpido un paisaje de estratos rocosos inclinados, pozas turquesas y pasillos sombríos. No es solo un lugar para practicar barranquismo: es una experiencia sensorial, histórica y casi espiritual.

¡Bienvenidos al Barranco de Forcos!

  • Estratos rocosos inclinados: capas de piedra que se alternan y se doblan como páginas de un libro geológico, creando pasillos estrechos y formas casi escultóricas.
  • Pozas de aguas turquesas: badinas cristalinas que invitan al salto, al baño o simplemente a quedarse mirando el reflejo del mundo.
  • Saltos naturales: desde 4 hasta 10 metros, algunos convertibles en toboganes, otros en desafíos técnicos. El cuerpo se convierte en herramienta de lectura del paisaje.
  • Musgo colgante y vegetación sombría: un microclima húmedo y fresco que transforma el descenso en una travesía por un bosque encantado.
  • Silencio absoluto: solo roto por el agua y los ecos del propio cuerpo. Un espacio donde el tiempo parece suspendido.
  • Acceso por senda histórica: el camino desde Bergua atraviesa antiguos aterrazamientos construidos por generaciones de pastores, testimonio de una vida que ya no está.
  • Estética sombría: no es un barranco luminoso, sino íntimo, cerrado, casi introspectivo. Ideal para quien busca algo más que adrenalina.
  • Equipamiento precario: lo justo para el descenso, lo que obliga a leer el terreno, improvisar, adaptarse. No es un parque temático sino solo naturaleza.
  • Confluencia con el barranco Abé: posibilidad de combinar recorridos y ampliar la experiencia sin salir del mismo universo geológico.
  • Desnivel suave pero constante: unos 140 metros en 2 km, lo que permite un descenso fluido, sin excesiva exigencia técnica pero con momentos de intensidad.
  • Pasillos tan estrechos que apenas cabe una persona: sensación de estar dentro de la montaña, no sobre ella.
  • Accesibilidad limitada: llegar exige caminar, perderse, desviarse. No hay carreteras ni señales turísticas. Y eso es parte de su encanto.
Vista parcial del Barranco de Forcos, con formaciones rocosas escarpadas y vegetación autóctona en el Pirineo aragonés

Artículos relacionados

Cuevas de Talgua

Cuevas de Talgua

Quizá ya lo sabía pero las Cuevas de Talgua son un monumento natural y arqueológico ubicado en Catacamas, Olancho (Honduras), célebre por sus osarios prehispánicos y por el fenómeno óptico que hace brillar los restos humanos depositados en su interior. Las Cuevas,...

leer más
Sótano de las golondrinas

Sótano de las golondrinas

Quizá ya lo sabía pero El Sótano de las Golondrinas es un abismo natural de origen kárstico situado en la Huasteca Potosina, dentro del municipio de Aquismón, en el Estado libre y soberano de San Luis Potosí (México). Se trata de una sima monumental, considerada una...

leer más
El Playón salvadoreño

El Playón salvadoreño

Quizá ya lo sabía pero El Playón es un área natural protegida formada por campos de lava del volcán de San Salvador, ubicado en el departamento de La Libertad, entre los municipios de Quezaltepeque y San Juan Opico, en El Salvador. Se trata de un paraje volcánico...

leer más