Texto íntegro de El horno, de Joaquín Gómez Bas
Era un invierno criminalmente frío. La idea se le ocurrió al abrir la tapa del horno y sentirse envuelto en una ola de aire caliente, achicharrante. Sería un verdadero negocio envasarlo y venderlo.
Lo puso en práctica en seguida. Salió a la calle con un carrito de mano y casa por casa fue adquiriendo a precios de pichincha centenares de botellas vacías. Ya en su casa, encendió el gas del horno y aguardó a que se elevara la temperatura interior. Cuando consideró logrado el punto conveniente, abrió, metió la cabeza dentro, aspiró el aire abrasante y lo sopló en la primera botella, que tapó justamente con un corcho. Repitió el procedimiento con unas cuantas y salió a venderlas.
Hizo un negocio redondo. Las vendía en cajones de doce botellas cada uno y no daba abasto. Lo único en contra era que de tanto meter la cabeza en el horno había perdido en reiteradas chamusquinas, el pelo de la cabeza, de las cejas y del bigote. Sin embargo, no desistía. Ganaba mucho dinero. No era cuestión de abandonar semejante ganga por pelos de más o de menos.
Un día sintió cierta picazón en una oreja y al intentar rascársela se le desprendió convertida en ceniza. Lo mismo le pasó con la otra a la semana siguiente y, más tarde con la nariz, el cuero cabelludo, la piel de la cara y los párpados. Inexplicablemente, conservó hasta el final los labios. Cuando estos también se le cayeron le resultó imposible soplar el aire caliente dentro de las botellas. Y se le acabó el negocio.
Sobre El horno
El horno es la obra de Joaquín Gómez Bas que presentamos hoy en nuestros Microrrelatos, y que destaca por su humor negro y su crítica a la avaricia humana. La historia narra cómo, en un invierno extremo, un hombre decide embotellar el aire caliente del horno para venderlo como un producto de primera necesidad. El negocio resulta exitoso, pero el protagonista paga un alto precio físico por su codicia, perdiendo primero el cabello y, finalmente, partes de su cuerpo, hasta que la imposibilidad física de continuar lo obliga a abandonar la empresa.
El relato es un ejemplo de la ironía y el absurdo, donde el ingenio inicial del protagonista se ve superado por las consecuencias de su propia ambición. El desenlace, tan inesperado como lógico, refuerza la moraleja implícita sobre los límites de la avaricia y el costo personal de la obsesión.
El horno aparece incluido en la antología 35 cuentos breves argentinos, seleccionada por Fernando Sorrentino.
Sobre Joaquín Gómez Bas
Joaquín Gómez Bas (Cangas de Onís, Asturias, 1907 – Buenos Aires, 1984) fue un escritor, pintor y guionista de cine español que desarrolló la mayor parte de su obra en Argentina. Miembro de la Academia Porteña del Lunfardo, Gómez Bas destacó tanto en la narrativa como en la poesía y su producción abarca novelas, cuentos, guiones y obras pictóricas.
Entre sus novelas más reconocidas figuran Barrio gris (1952), llevada al cine en 1954 y Oro Bajo (1957), ambas galardonadas y adaptadas al cine. También colaboró en la adaptación cinematográfica de Hombre de la esquina rosada, de Jorge Luis Borges. Como pintor, realizó su primera exposición individual en 1958 y varias de sus obras forman parte de museos y colecciones en Argentina. En 1984 recibió el Premio Konex en reconocimiento a su trayectoria.
Su obra literaria se caracteriza por el humor, la ironía y la observación crítica de la sociedad, rasgos que se aprecian claramente en El horno.