Quizá ya lo sabía, pero el ibón de Bernatuara es un lago de origen glaciar situado en el corazón del Pirineo aragonés, justo en la frontera entre España y Francia. Se encuentra a 2.330 metros de altitud, en el entorno del valle de Bujaruelo, dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Su acceso, aunque exigente, recompensa al visitante con uno de los paisajes más sobrecogedores y solitarios de la alta montaña pirenaica.
El ibón de Bernatuara
- Tiene una forma casi circular perfecta, con aguas cristalinas de tonos verdosos que reflejan los picos circundantes.
- Está rodeado por cumbres imponentes como el pico Gabiet (2.712 m), que le confieren un aire de anfiteatro natural.
- Su morfología abrupta impide la presencia de vegetación en sus orillas, lo que acentúa su aspecto mineral y salvaje.
- Permanece helado durante buena parte del año, debido a su altitud y a su forma encerrada.
- Se accede por una ruta de alta montaña que parte del histórico puente románico de San Nicolás de Bujaruelo, atravesando praderas alpinas, barrancos y antiguos caminos fronterizos.
- En su entorno se celebra cada 23 de julio una ceremonia ancestral de renovación de un tratado de pastos entre ganaderos españoles y franceses, vigente desde el siglo XIV.
- Desde su cima se contemplan panorámicas excepcionales del circo de Gavarnie, Monte Perdido y el Vignemale.
- Es un lugar de silencio absoluto, sin infraestructuras ni presencia humana permanente, lo que lo convierte en un refugio natural de gran pureza.
- Su acceso exige esfuerzo físico y orientación, lo que lo preserva del turismo masivo y lo convierte en un destino para montañeros experimentados.
- El contraste entre la dureza del ascenso y la serenidad del ibón crea una experiencia emocional intensa, casi ritual.