A Marina duélele el tobillo y sánanle el colodrillo —a veces transcrito como cocodrilo— es un refrán real, documentado en varios repertorios digitales de sabiduría popular. Aunque su sonoridad absurda y su lógica ilógica podrían hacerlo pasar por una invención contemporánea o un juego infantil, el dicho tiene raíces y un sentido crítico que lo emparenta con la tradición satírica del refranero español.
El sitio Conocer el Castellano (muy recomendable, por cierto) lo recoge con esta formulación exacta y le atribuye un significado claro: alude a la inutilidad de ciertos procedimientos, por desacordes, para conseguir lo que se desea. Es decir, se trata de una crítica a la desproporción entre el problema y la solución, o a la falta de correspondencia entre el diagnóstico y el remedio. Marina sufre del tobillo, pero se le aplica un tratamiento en el colodrillo —forma arcaica o dialectal de cogote—, lo que revela una intervención absurda, ineficaz o incluso contraproducente.
El colodrillo: palabra con historia
El término colodrillo no es invención reciente. Aparece en textos antiguos como sinónimo de nuca o cerviz y se encuentra en refranes como Degollar por el colodrillo y acogotar por el galillo, que también denuncian acciones torpes o mal dirigidas. La elección de esta palabra, hoy en desuso, añade un matiz arcaizante y popular al refrán, reforzando su oralidad transmitida en registros no académicos.
La confusión moderna con cocodrilo puede deberse a una deformación fonética o a una reinterpretación humorística. En cualquier caso, ambas versiones conservan el efecto cómico y absurdo que hace memorable al dicho.
Crítica popular a la incompetencia
Como muchos refranes, este no es solo una observación doméstica o anecdótica, sino una forma de crítica social expresada mediante una imagen grotesca.
La desproporción entre el mal y el remedio puede aplicarse a médicos ineptos, burócratas desorientados, políticos que legislan sin comprender el problema o incluso a nosotros mismos cuando actuamos sin lógica ni atención.
En ese sentido, el refrán se inscribe en una tradición de sátira popular que ridiculiza la torpeza institucional y la falta de sentido común. Su rareza y su forma arcaica no le restan vigencia: al contrario, lo convierten en una joya lingüística que merece ser rescatada.
Perla periférica del refranero
A Marina duélele el tobillo y sánanle el colodrillo es un refrán auténtico, con sentido crítico y resonancias populares. Su rareza no lo invalida, sino que lo convierte en un ejemplo perfecto de cómo la lengua popular puede condensar, con humor y crudeza, una crítica lúcida a la desproporción y la incompetencia. En tiempos de soluciones absurdas a problemas reales, no está de más recordarlo.
Como ejemplo de uso no se pierdan nuestro artículo Cáncer, realidad, metáfora y censura.




