Etario

Exordio

Ya sé que nadie podría imaginar que en hablarydecir se escribiese sobre asesinos que, con su falsa derrota, han conseguido acceder a las cotas más altas de poder, no en su terruño, sino en España. Claro que, así es porque el jefe de los chanflones hetairos lo ha querido para poder seguir delinquiendo. Aquí estamos para otra cosa, pero también para denunciar a los zarandajos.

Etario. Etimología y significado

Proviene del latín aetarius, que a su vez deriva de aetas o aetatis y significa edad. Este término se ha mantenido a lo largo del tiempo en su uso, especialmente en ámbitos relacionados con la demografía y los estudios poblacionales.

Dos acepciones contempla el diccionario oficial: Dicho de varias personas: que tienen la misma edad y Perteneciente o relativo a la edad de una persona. Actúan como sinónimos sin llegar a serlo estrictamente: relativo a la edad, demográfico (en ciertos contextos) y generacional (con algunos matices). Antónimos: atemporal e intemporal.

Usos de etario

Etario es un adjetivo que se refiere a todo lo relacionado con la edad o los grupos de edad. No debemos confundir el término con vejez ni con cualquier otra franja concreta de edad: se vincula a cualquiera, desde bebés hasta ancianos. Se usa para describir categorías o clasificaciones basadas en diferentes edades. Por ejemplo, en los estudios demográficos, es común hablar de la distribución etaria de la población para entender cómo se distribuyen las diferentes edades dentro de un grupo específico.

Ejemplos de uso:
  • La pirámide etaria de un país proporciona una visión clara de la estructura de su población.
  • Las políticas etarias deben adaptarse a las necesidades específicas de cada grupo de edad.
  • El análisis etario de los datos revela tendencias importantes en el comportamiento de diferentes generaciones.

Corolario. ¿Por qué rescatar a etario?

Es cierto que aún mantiene cierto uso este término, mínimamente, eso sí y circunscrito a ambientes muy restringidos, a los académicos y científicos, especialmente en demografía, sociología y estudios de salud pública. Y, claro, aunque el concepto sea fundamental en las ciencias sociales y la salud pública para analizar y comprender las tendencias poblacionales, no es una palabra comúnmente usada en el lenguaje cotidiano.

Además hay una particularidad que nos debe empujar a fomentar su utilización: como ya hemos visto, no tiene ningún sinónimo eficaz en la práctica. Y si sabiendo esto, nos olvidamos del vocablo, solo estaremos contribuyendo al empobrecimiento del idioma, pero eso no vamos a hacerlo, claro que no, porque siempre es mejor hablar (y decir) con propiedad.

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