¿Les suena el nombre? ¿Qué fue?
Gondwana fue uno de los supercontinentes más importantes en la historia geológica de la Tierra. Se formó hace unos 600 millones de años, durante el Neoproterozoico y su existencia marcó una etapa crucial en la configuración de los continentes tal como los conocemos hoy.
Gondwana. Formación y extensión
Se originó a partir de la unión de varios cratones —las partes más antiguas y estables de la corteza terrestre— que estaban dispersos en el hemisferio sur. Estos cratones se fueron juntando durante procesos tectónicos complejos, especialmente durante la Orogenia panafricana, una serie de procesos de formación de montañas y colisiones tectónicas que consolidaron este vasto bloque continental.
El supercontinente Gondwana abarcaba territorios que hoy corresponden a Sudamérica, África, la India, Australia, la Antártida, Madagascar y algunas islas menores. Su extensión cubría una enorme parte del hemisferio sur y su masa terrestre influyó decisivamente en el clima, la biodiversidad y la evolución geológica del planeta.
Gondwana y Pangea
Durante el Paleozoico tardío y el Mesozoico temprano, Gondwana se unió con otros continentes para formar Pangea, el supercontinente que agrupó casi toda la tierra emergida del planeta hace unos 335 a 175 millones de años. Pangea fue un gigante que tuvo gran impacto en los patrones climáticos, la circulación oceánica y la evolución biológica.
Sin embargo, hace aproximadamente 180 millones de años, en el Jurásico, Pangea comenzó a fragmentarse debido a la actividad tectónica y la expansión del fondo oceánico. Gondwana se separó entonces de Laurasia, el otro gran bloque continental y empezó a dividirse en los continentes que conocemos hoy.
Fragmentación
La fragmentación de Gondwana fue un proceso complejo que duró decenas de millones de años. Primero se separó África, luego Sudamérica se desplazó hacia el oeste, la India se desplazó hacia el norte colisionando con Asia y formando el Himalaya, Australia y la Antártida se separaron y se desplazaron hacia sus posiciones actuales.
Este proceso tuvo enorme impacto en la biodiversidad ya que permitió la evolución independiente de flora y fauna en cada continente, dando lugar a la variedad biológica contemporánea. Además, la distribución actual de fósiles similares en continentes separados fue una de las primeras evidencias que apoyaron la teoría de la deriva continental propuesta por Alfred Wegener en el siglo XX.
Importancia científica y cultural
El nombre Gondwana lo acuñó el geólogo austriaco Eduard Suess en el siglo XIX, que estudió las formaciones rocosas de la región de Gondwana en la India, donde identificó características geológicas comunes a otras regiones del hemisferio sur. Suess fue pionero en la idea de que estos territorios estuvieron alguna vez unidos, anticipando conceptos que luego serían fundamentales para la tectónica de placas.
El estudio de Gondwana no solo es clave para entender la historia geológica de la Tierra, sino también para comprender la evolución de los ecosistemas y la distribución de los seres vivos a lo largo del tiempo. Además, la exploración de sus restos geológicos ha sido fundamental para la búsqueda de recursos naturales como minerales y combustibles fósiles.
En resumen, Gondwana fue un supercontinente que moldeó la geografía, el clima y la vida en la Tierra durante cientos de millones de años. Su formación, existencia y fragmentación son piezas centrales para entender cómo se configuró el planeta tal como lo conocemos hoy.
La suerte es que por entonces no estuvieran la von der Leyen ni sátrapaSánchez ni sus camaradas: hubieran hecho negocios gigantescos, mucho más apetitosos que los de la estafa climática…