Iniciamos una breve serie monotemática en ¿Qué fue?, dedicada a analizar la División Azul, un asunto que hoy resulta, en el mejor de los casos, desconocido, y en el peor, manipulado y saturado de opiniones burdas e interesadas por parte de los seudointelectuales de la progresía para los que la verdad solo es una palabra sin sentido.
La División Azul. Contexto político y social
La División Azul fue la unidad de voluntarios españoles que combatió en la II Guerra Mundial, principalmente en el frente ruso.
Aunque se ha escrito mucho sobre estos hombres, su formación no contó con el apoyo total de la población ni de todos los sectores del gobierno franquista. El contexto de su surgimiento se remonta a junio de 1941, cuando las heridas de la Guerra Civil seguían abiertas y muchos españoles señalaban, con razón evidente, a la URSS y al comunismo como culpables de los males del país. Esto generó un sentimiento revanchista que motivó a muchos a alistarse cuando Serrano Súñer hizo el llamamiento el 24 de junio de ese año. Las motivaciones de los voluntarios eran variadas: combatir el comunismo, limpiar su imagen si habían tenido relación con la República, promocionarse socialmente, mejorar sus condiciones económicas o acceder a puestos reservados a excombatientes. Incluso hubo quienes vieron en el alistamiento una oportunidad de desertar a la URSS, pues los reclutamientos se hacían tanto en cuarteles como en presidios.
El régimen de Franco, la División Azul
En 1941, el régimen de Franco se sostenía sobre dos pilares: el Ejército y la Falange Española Tradicionalista de las JONS. Ambos compartían simpatías germanófilas. El Ejército admiraba el conservadurismo y la tradición militarista del Tercer Reich, mientras que la Falange se sentía próxima al nacionalsocialismo. Sin embargo, la cúpula militar, vencedora de la Guerra Civil, no estaba dispuesta a perder poder frente a la Falange, como se evidenció en las reestructuraciones gubernamentales de 1939 y 1940, donde la mayoría de cargos relevantes fueron para militares.
La mayoría de los generales, como Yagüe, Muñoz Grandes o Esteban Infantes, eran germanófilos y veían en la imbatibilidad alemana una garantía de continuidad del régimen si España se sumaba a la guerra. Otros oficiales, como Kindelán, Gómez Jordana o Varela, simpatizaban con Inglaterra y pensaban que lo mejor era preparar la defensa de España ante una posible invasión alemana y no provocar a Hitler.
La influencia alemana
La presencia alemana en España era considerable: 7.000 telegramas enviados en 1942, 500 colaboradores, 180 representantes consulares y 134 agentes secretos de contraespionaje. Entre 1936 y 1945 hubo cuatro embajadores alemanes en España, siendo especialmente relevante Eberhard von Stohrer, que defendía la neutralidad española y acabó siendo destituido. El sistema diplomático alemán gozaba de una posición privilegiada, favorecido por sectores germanófilos, desde falangistas hasta altos cargos del gobierno de Franco, quien no ocultaba su simpatía por Alemania. Serrano Súñer fue el principal nexo político entre España y Alemania, lo que le granjeó muchos enemigos. La diplomacia alemana organizaba actos por todo el país para recordar la participación alemana en la Guerra Civil y mostraba interés en las colonias españolas, la prensa y la cultura, con la apertura de centros educativos donde se enseñaba alemán.
NOTA 1. La información publicada en este artículo, así como en el resto de la serie sobre la División Azul, se ha obtenido de diversas fuentes, fundamentalmente de Archivos de la Historia.
NOTA 2. Las imágenes de toda la serie provienen también de Archivos de la Historia.
