Para saber de quien hablamos, porque no la conoce nadie, explicamos primero que es la hija putativa del mandamás navarro del Partido Socialista Criminal Español, el tal Santos Cerdán, un palurdo del que algún día nos ocuparemos también. Y tras la significativa presentación vamos al grano de esta incompetente, necia, sectaria y oclócrata. Como decía un amigo: es cochambre, y aún la alabo…
Elma Saiz y sus batallitas perdidas
Si hay alguien que ha convertido la ambigüedad en arte y la contradicción en programa de gobierno, esa es Elma Saiz. Ministra de Inclusión (excepto para los que piensan distinto), Seguridad Social (aunque las pensiones sigan en la UCI) y Migraciones (con especial devoción por los menores no acompañados, siempre que no toquen Navarra).
Elma y el péndulo
- Sobre la jornada laboral. Defiende a Cuerpo (Economía) frente a Díaz (Trabajo) con el fervor de una hermana de caridad… pero luego avala la reducción de horas como si la hubiera inventado ella ¡Compromiso firme!, grita, mientras el acuerdo se desmorona como un azucarillo sostenible en café caliente.
- Sobre las bajas médicas. Propone flexibilizar la incapacidad temporal (o sea, que los curritos vuelvan a la oficina con muletas), pero cuando la Yoli le espeta con la salud no se juega, retrocede más rápido que un diputado del PP ante las órdenes de la diosa Von der Leyen.
- Le gusta hablar de sostenibilidad como si fuera un mantra.
- No le gusta que le recuerden que la hucha de las pensiones lleva años siendo un agujero con etiqueta.
- Su frase fetiche. Hay margen para mejorar (que significa: No tenemos ni idea de cómo arreglarlo, pero sonreímos).
Sus odios y sus amores
Odia a la derecha y ama a los separatistas. Pero no pasa nada porque alguien tiene que dictaminar qué es el odio y, claro, odiar a la ultraderecha no es que no sea delictivo, es que es aconsejable, útil y conveniente.
Al paniaguado de Feijóo y socio encubierto (o no) del PSOE le acusa de relación tóxica con Vox y de xenofobia, con la pasión de quien lleva un detector de fachas integrado. Pero eso sí, nunca menciona que su Gobierno pacta con Bildu (ETA fue un error, claro) o que Junts, con su retórica antiinmigrante, sí que es tóxico, pero con est(r)el(l)ada. Y tampoco se acuerda nunca de que el PSOE es un partido criminal desde sus orígenes, y ahí está la historia…
Minorías selectivas. Se desvive por los 6.000 menores migrantes (¿y los 800.000 jóvenes españoles en el paro? Shh, eso no vende), pero si un anciano navarro se queja de su pensión, le recomienda solidaridad intergeneracional (jódase, que mi pensionaza la tenga garantizada pese a mi inutilidad).
Elma(l) Saiz. Una caricatura
- Su debilidad es un perro. Lo usa en X como cortina de humo cuando le preguntan por la hucha de las pensiones (que ya no es hucha, sino alcancía rota).
- Hipocresía nivel infinito. Critica a Abascal por difundir bulos, pero calla cual vieja cortesana cuando Sánchez anuncia éxodos masivos de menores que luego son cuatro gatos en un piso de Vallecas.
- Saiz es la ministra perfecta para un Gobierno que funciona a base de parches, ocurrencias y enemigos imaginarios. Si mañana anunciara que las pensiones se pagarán en puntos de felicidad, lo haría con una sonrisa y un es por su bien, idiotas.
Epitafio para su cargo: Aquí yace Elma Saiz. Logró que la Seguridad Social fuera inclusiva para todos menos para los que la pagan.
PD: Si esto le molesta, recuerde su propia máxima: En política, lo importante es el relato… aunque los números digan lo contrario.
Oclócrata, ridícula, falsa y farsante, malévola, Elma, Elma ¿qué tal van las mascarillas? ¿Quién es Koldo?