Exordio
No nos extenderemos en demasiadas explicaciones. Vamos a limitarnos a poner en contexto la imagen que acompaña y es causa de esta entrada en nuestra Galería de horrores.
La fotografía, que hemos titulado La tilde del joven está hecha directamente de un televisor. Desgraciadamente, he sido yo mismo quien ha tenido el privilegio de hacerla en un momento difícil: con el aparato puesto por costumbre, sin hacer apenas caso y mientras pelaba patatas, al levantar la vista en una ocasión, lo he visto. Corriendo, corriendo, pero me ha dado tiempo de sacar el teléfono del bolsillo, desbloquearlo, abrir la cámara fotográfica y disparar. En total esa imagen es fácil que haya estado en pantalla más de quince segundos.
Aunque sea una acepción poco usada, nos comenta el diccionario oficial que tilde es, también, una tacha, una nota denigrativa. Pues eso, que el joven en cuestión no es nada perfecto, ni mucho menos. ¡Pobres padres!
Y Víctor al revés
Observando más detenidamente la imagen vemos que así como Miguel Ríos está perfectamente escrito, con Víctor Manuel (¡vaya pareja de trogloditas asediados por el franquismo pero viviendo, ya entonces y sin quejarse, a cuerpo de rey en España!) han cometido otra tropelía, esta vez en sentido inverso haciéndole prescindir del acento en la i.
La tilde del joven. Sin excusas
¡En fin, que serán cosas de la inmediatez que la tele supone! Pues sí, podría ser, lo que pasa es que ese programa en concreto (un concurso chabacano con pretensiones de cultural) no se transmite en directo sino que está grabado previamente.
¿Es ignorancia? ¿Por qué escribe la gente que no sabe?
Bueno, será de una televisión privada, ellos se juegan su dinero y blablablá… Pues tampoco, estamos hablando de un canal que nos sale carísimo a los contribuyentes, como todas las emisoras públicas. Estamos hablando de Telecateta de Aragón (en cada región española hay al menos una telecateta, no se crean que es por ser de Aragón) . ¡Ah, no, que se llama Aragón Televisión!