Alejandra Pizarnik
La última inocencia, de Alejandra Pizarnik
Partir
en cuerpo y alma
partir.
Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.
He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más formar fila para morir.
He de partir
Pero arremete, ¡viajera!
Sobre La última inocencia
El poema que hoy presentamos e incluimos en nuestro Poemario es parte del segundo libro de la autora, también llamado La última inocencia (1956). Este poema refleja los temas característicos de Pizarnik: la introspección, el dolor existencial y la búsqueda de sentido en un mundo marcado por la fragilidad y el misterio
Habla de un deseo intenso de cambio y liberación. La voz poética siente la necesidad de abandonar un lugar o una situación que la está oprimiendo. Las miradas y juicios de los demás son percibidos como una carga pesada que la sofoca. La autora rechaza, así, la pasividad y la conformidad y critica la aceptación pasiva de la muerte. El poema termina con un llamamiento a la acción, a enfrentarse a los desafíos con valentía y determinación, mientras se identifica como una viajera, una nómada, libre de ataduras y dispuesta a explorar nuevos horizontes. En resumen, el poema es una declaración de independencia y un rechazo a la opresión y la conformidad.
Sobre Alejandra Pizarnik
Nacida en Avellaneda (Argentina) el 29 de abril de 1936, es una figura central en la literatura argentina del siglo XX. Desde una edad temprana, mostró un talento excepcional para la poesía, publicando su primer libro, La tierra más ajena, en 1955. Su obra se caracteriza por un tono introspectivo y melancólico, abordando asuntos como la soledad, el deseo y la muerte.
Pizarnik encontró inspiración en poetas como Rimbaud, Poe y Dickinson, así como en corrientes filosóficas como el existencialismo y el surrealismo. Su estilo poético se distingue por un lenguaje rico y simbólico, con imágenes evocadoras y una atención meticulosa a la forma y el ritmo.
A pesar de recibir elogios de la crítica desde el principio de su carrera, el reconocimiento público de su obra creció después de su muerte. Luchó contra la depresión y otros problemas de salud mental a lo largo de su vida, pero acabó perdiendo.
Su obra
La tierra más ajena (1955); La última inocencia (1956); Las aventuras perdidas (1958); Árbol de Diana (1962); Los trabajos y las noches (1965) y Extracción de la piedra de locura (1968) son las obras más relevantes que pudo publicar Alejandra Pizarnik en su corta vida.
Alejandra Pizarnik se suicidó en Buenos Aires, el 25 de septiembre de 1972, a los 36 años de edad.