Durante siglos, la historia de España ha sido empañada por una narrativa que la presenta como una potencia cruel, fanática y destructora. Esta imagen, conocida como la Leyenda negra, no nació de los hechos, sino de la propaganda.
¿Qué es la Leyenda negra?
La expresión se refiere a un conjunto de relatos negativos sobre España, difundidos sobre todo desde el siglo XVI por potencias rivales como Inglaterra y las Provincias Unidas de los Países Bajos. Aprovechando la imprenta y el auge de los panfletos, se construyó una imagen de los españoles como bárbaros que arrasaban América, quemaban herejes y vivían bajo una monarquía despótica.
Uno de los pilares de esta narrativa fue la obra de Bartolomé de las Casas, cuya Brevísima relación de la destrucción de las Indias fue explotada por autores extranjeros como Theodor de Bry, que ilustró escenas de crueldad extrema para alimentar el morbo y la indignación.
¿Qué había detrás?
La Leyenda negra no fue una simple exageración: fue una estrategia política. En plena lucha por la hegemonía europea, los enemigos del Imperio español necesitaban justificar sus propias acciones y debilitar la imagen de su rival. Así, mientras Inglaterra colonizaba América del Norte y Holanda comerciaba con esclavos, señalaban a España como el gran villano.
Las Provincias Unidas: foco de propaganda
Las Provincias Unidas de los Países Bajos fueron una confederación de siete provincias del norte que se independizaron del Imperio español en el siglo XVI. Surgieron formalmente en 1581 con el Acta de Abjuración, aunque España no reconoció su independencia hasta la Paz de Westfalia en 1648.
Las siete provincias eran: Holanda, Zelanda, Utrecht, Güeldres, Overijssel, Frisia y Groninga. No incluían Bélgica, que permaneció bajo dominio español y más tarde austríaco.
La rebelión contra Felipe II tuvo causas políticas, económicas y religiosas. El norte, más urbano y calvinista, se oponía al centralismo imperial y a la persecución religiosa. Desde Ámsterdam y Leiden se publicaron panfletos, grabados y crónicas que denunciaban las atrocidades cometidas por las tropas imperiales, especialmente durante episodios como el Saqueo de Amberes (1576). Esta producción propagandística fue clave en la consolidación de la Leyenda negra en Europa.
Datos de la leyenda negra
- La Inquisición española, aunque temida, tuvo menos víctimas que otras inquisiciones europeas. En Inglaterra, por ejemplo, las persecuciones religiosas bajo Enrique VIII y María Tudor fueron mucho más sangrientas.
- La colonización de América, si bien tuvo episodios violentos, también implicó la creación de universidades, hospitales y ciudades que aún hoy conservan trazos de esa herencia. España fue el único imperio que legisló sobre los derechos de los indígenas.
- La cultura hispánica, lejos de ser oscurantista, produjo figuras como Cervantes, Velázquez y Sor Juana Inés de la Cruz, que marcaron la historia universal.
La Hispanidad: mito y desmemoria
La Leyenda Negra no se detuvo en el siglo XVII. Con el paso del tiempo, sus ecos se proyectaron sobre la idea de la Hispanidad, entendida como el conjunto de pueblos y culturas que comparten una herencia común forjada en el mundo iberoamericano. A partir del siglo XIX, con las independencias americanas y el auge de los nacionalismos, la narrativa antiespañola se reconfiguró: ya no se trataba solo de denunciar al imperio, sino de negar el valor de su legado.
En este contexto, la Hispanidad se presentó por algunos sectores como sinónimo de opresión, atraso o imposición cultural. Esta visión, alimentada tanto por discursos criollos como por intelectuales europeos, simplificó un proceso histórico complejo, en el que hubo mestizaje, sincretismo, creación institucional y producción cultural compartida.
Sin embargo, los datos y los hechos invitan a reflexionar:
- Lengua y derecho. El español se convirtió en una lengua común que permitió la circulación de ideas, literatura y ciencia en todo el continente. El derecho indiano, por su parte, fue una de las codificaciones jurídicas más avanzadas de su tiempo.
- Universidades y ciudades. Ya en el siglo XVI existían universidades en México, Lima o Santo Domingo, anteriores a muchas europeas y norteamericanas. Las ciudades fundadas por los españoles fueron centros de vida cívica, religiosa y cultural.
- Reconocimiento mutuo. A pesar de los conflictos, hubo también vínculos de afecto, cooperación y memoria compartida. Figuras como Bolívar o Martí, aunque críticos del dominio colonial, reconocieron la riqueza de la tradición hispánica.
Hoy, la Hispanidad sigue siendo un campo de disputa simbólica. Para los de siempre, es un concepto superado, pero reducirla a una caricatura —como hizo la Leyenda negra— impide comprender la profundidad de una historia común que, sigue viva en la lengua, las raíces, las costumbres y las instituciones de más de veinte países.
¿Y hoy?
La persistencia de la Leyenda negra se nota en ciertos discursos mediáticos y académicos que repiten clichés sin matices. Sin embargo, cada vez más intelectuales extranjeros —como Henry Kamen, Hugh Thomas o John Elliott— han reivindicado una visión más equilibrada de la historia española.
Además, iniciativas como Web Hispania o estudios recientes han mostrado que comparar a España con otras potencias de su tiempo permite entender mejor su papel en la historia mundial, sin caer en simplificaciones ni en blanqueamientos.
Leyenda negra. Conclusión
Desmontar la Leyenda negra no significa negar los errores del pasado, sino entenderlos en su contexto y reconocer las aportaciones. España, como cualquier nación, tiene luces (más) y sombras. Pero reducirla a una caricatura de crueldad es injusto y poco riguroso. La historia merece ser contada con verdad, no con propaganda.
¿No es racista llamar negra a esa leyenda?
¡Qué grandeza la de una nación que, con sus contradicciones, dio al mundo lenguas, ciudades, leyes y pensamiento! ¡España, pese a los oclócratas de hoy, sigue siendo fuente viva de cultura, memoria y dignidad histórica!
¡Cuánta miseria hay en quien reduce siglos de historia a una caricatura por rencor o ignorancia! ¡La Leyenda negra solo revela la pequeñez de quienes no soportan su historia!