Quizá ya lo sabía, pero los Mallos de Riglos son unas formaciones rocosas situadas junto al pueblo de Riglos, cerca de Ayerbe, en la provincia de Huesca, al pie de los Pirineos. Son paredes de conglomerado que se elevan hasta más de 300 metros sobre el río Gállego, creando un paisaje espectacular y único en Europa.
- Sus paredes verticales de color rojizo alcanzan hasta 300 metros de altura y ofrecen un perfil inconfundible en el paisaje.
- Son uno de los destinos de escalada más importantes de España y de Europa, con rutas de todos los niveles y una larga tradición en este deporte.
- El entorno es un refugio natural para aves rapaces como el buitre leonado, el alimoche y el quebrantahuesos, lo que atrae a numerosos aficionados a la ornitología.
- El contraste entre las rocas y el verde del valle del río Gállego crea vistas panorámicas de gran belleza, especialmente al amanecer y al atardecer.
- Su origen geológico se remonta al periodo terciario, cuando los materiales erosionados de los Pirineos se depositaron y compactaron formando estas estructuras.
- El pueblo de Riglos, a los pies de los mallos, conserva el encanto rural y es punto de partida de rutas de senderismo y excursiones.
- Son escenario de leyendas y tradiciones locales. Su silueta es un símbolo para la comarca de la Hoya de Huesca.
- El Monumento Natural de los Mallos de Riglos está protegido por la Red de Espacios Naturales de Aragón, lo que garantiza la conservación de su riqueza paisajística y ecológica.
- El mejor mirador para ver los Mallos de Riglos es el Mirador de los Buitres. Este mirador ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de toda la zona de los Mallos, así como de la Hoya de Huesca.
NOTA. El término mallo es una denominación local aragonesa que describe este tipo de morfología desarrollada sobre rocas sedimentarias, sobre todo conglomerados. No tiene un uso generalizado en el resto del ámbito hispanohablante.