Ministra del alquiler espiritual

abril 24, 2025

Isabel Rodríguez García es oclócrata desde la cuna del sentido común (bueno, igual de eso no tiene mucho…), queremos decir que lleva chupando las ubres de la vaca sociolista desde que tiene uso de razón (aunque igual tampoco tiene de eso). En fin, que a sus 23 añitos ya era senadora. Buena carrera la suya.

Ministra del alquiler espiritual

Con una trayectoria que arrancó como senadora más joven de España y culminó en ministerios de nombre más largo que un contrato de alquiler madrileño, esta abogada de Abenójar ha perfeccionado el arte de hablar mucho sin decir nada. Su especialidad: frases comodín como vamos a trabajar en ello o es una prioridad del Gobierno, útiles para esquivar preguntas sobre por qué los pisos cuestan más que un riñón en el mercado negro.

¿Lapsus o indigencia mental?

  • La vivienda digna y asequible… para quienes puedan pagarla (2023), frase que filtró sin querer la brecha generacional que su ministerio pretende cerrar.
  • La defensa del alquiler social mientras votaba en contra de limitar los precios en 2018 como diputada, contradicción que los tuiteros resumieron en #DoblePisoMoral.
  • El Puertollano-gate. Durante su etapa como alcaldesa (2019-2021), aprobó licencias urbanísticas polémicas que hoy chocan con su discurso contra la especulación.

La ministra del alquiler virtual

Es también portavoz-dependiente parcial: su ascenso coincide con el culto a la lealtad sanchista. De jurista de medio pelo a ministra comodín (Política Territorial, Vivienda, portavocía…), su perfil encaja en el pantone PSOE formación jurídica + cargos orgánicos + ninguna desviación ideológica. Eso sí, maneja el arte de leer guiones con convicción incluso cuando anuncia ayudas de 200 € para alquileres de 1.200 €.

Sus curiosas curiosidades

  • Récord Guinness involuntario. En 2021, dio 14 ruedas de prensa en un mes repitiendo no voy a entrar en valoraciones como mantra antipreguntas.
  • Efecto mariposa. Su nombramiento como ministra de Vivienda revivió la ley de 1957, pero no el precio de la vivienda de 1957.
  • Secretos de Estado. En 2008, siendo portavoz castellanomanchega, confundió el Tajo con el Guadiana durante una comparecencia, error que atribuyó a un momento de dislexia fluvial (sic)

La dama de la sonrisa artificial

Es la Marie Kondo de la burocracia: si tu piso es más pequeño que un miniapartamento de Tokio, te lo vende como patrimonio emocional compacto y te recoloca en un zulo con vistas al contenedor de basura (pero con wifi gratis).

Mientras los jóvenes se emancipan (léase: duermen en el sofá de sus padres y juran que es un loft de diseño), ella se dedica a cambiarle la foto de perfil al ministerio cada vez que sube el euríbor, como si fuera un filtro de Instagram para tapar la crisis.

Cuando le preguntan por los precios disparados, su mirada evoca a un monje zen que medita sobre la burbuja inmobiliaria. ¿Iluminación o desconexión? El mercado sigue esperando respuesta.

Y su último invento: el alquiler espiritual, donde pagas 800 euros al mes por soñar con una casa que solo existe en los documentales de La 2. ¿Ventaja? Te ahorras la fianza… y la dignidad.

¿Ministra del alquiler espiritual o del alquiler virtual?

Argumentos para alquiler espiritual
  • Llamamientos a la solidaridad. Su petición a los propietarios para que bajen precios por conciencia social (ignorando que el 20 % de los diputados del PSOE son caseros) tiene tufillo a sermón parroquial de los de antes que tanto critican….
  • Eufemismos evangélicos. Cuando habla de rentabilidades en términos sociales, parece convocar a los santos patronos de la vivienda digna más que a inversores inmobiliarios.
  • Fe contra realidad. Su confianza en que las autonomías apliquen la ley (cuando Madrid sigue sin zonas tensionadas reconocidas) recuerda a rezar para que llueva… en el Sáhara.
Argumentos para alquiler virtual
  • Registros digitales. Su Ventanilla Única Digital aspira a controlar 93 % de pisos turísticos ilegales en Madrid, aunque suena a intentar domar TikTok con un fax.
  • Guerra a Airbnb. Exige colaboración a plataformas para perseguir fraudes, pero su registro parece diseñado por alguien que confunde computación en la nube con nubes literales.
  • Bono Joven Digital. Los 200 millones para ayudas se gestionan mediante trámites online que los jóvenes describen como un verdadero infierno burocrático.

Corolario

Es ministra del alquiler virtual por obra (registros digitales, apps), pero del alquiler espiritual por gracia (retórica buenista, apelaciones morales). Su título debería ser Ministra del Alquiler Inasequible, pues combina el idealismo de Teresa de Calcuta con la eficacia de un bot de ChatGPT gestionando un desahucio.

Si la política fuera un examen de conducir, Rodríguez sería esa candidata que aparca bien en el simulador pero atropella conos en la práctica. ¿Eficiente? Como un ascensor en hora punta: siempre lleno, pero no sabes si sube o baja. Eso sí, nadie le discute el título de reina del eufemismo: donde otros ven un desahucio, ella detecta oportunidades de realojo participativo.

¿Su libro favorito? Frases como puños: El lenguaje y las ideas progresistas de Luis Arroyo (2023), un manual irónico para convertir cualquier respuesta en un discurso cargado de narrativa ideológica

Y esta es doña Isabel, la ministra de pata de banco, la que pide en vez de dar. Sin novedad. Oclócrata.

Isabel Rodríguez: oclócrata

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