En estos días en que la actualidad política bulle con rumores de mociones de censura contra el sátrapa corrupto, conviene detenerse en una palabra que, aunque parece sencilla, encierra una sorprendente riqueza de significados y matices: moción.
Moción. Origen y significados
Proviene del latín motio, -ōnis, que significa acción y efecto de mover. De ahí deriva su acepción más antigua: acción de mover o ser movido, aunque este sentido ha quedado relegado en el uso cotidiano a favor de otros más concretos.
En el ámbito emocional, moción puede referirse también a una alteración del ánimo, una especie de impulso interno que nos mueve a actuar.
Sin embargo, el uso más habitual y relevante hoy es el parlamentario o asambleario: moción es la proposición que se presenta en una junta, asamblea o parlamento para que sea debatida y, en su caso, sometida a votación. Es decir, es el mecanismo formal mediante el cual los representantes pueden intentar cambiar el rumbo de una sesión, modificar un acuerdo o, como se discute tanto en estos días, poner en jaque a un gobierno.
En la doctrina cristiana, moción es la inspiración interior que Dios ocasiona en el alma.
Tipos
Hay varios tipos de moción, según finalidad y contexto. Por ejemplo, en la Cámara de Diputados española existen mociones de orden, de apego al tema, de cuestionamiento al orador, de ilustración al Pleno, de rectificación de trámite, de alusiones personales, de rectificación de hechos, de discusión y votación por conjunto de artículos y de suspensión de la discusión. En el Senado, además, se reconocen mociones suspensivas, de urgente resolución, de procedimiento y de remoción.
Pero la reina de todas ellas —la que acapara titulares y desvela a presidentes— es la moción de censura. Este procedimiento permite a los parlamentarios exigir la responsabilidad política del Gobierno y, si prospera, sustituir al presidente o jefe de gobierno por otro candidato propuesto en la propia moción. Es, en definitiva, la herramienta parlamentaria por excelencia para derrocar a un ejecutivo sin necesidad de elecciones anticipadas.
No debe confundirse con el juicio político, reservado en los sistemas presidencialistas para destituir a un presidente por delitos concretos, ni con la moción de confianza, que es la jugada inversa: el propio gobierno pide el respaldo del Parlamento para seguir gobernando.
Moción. Curiosidades
Más allá de la política, hay otros usos menos conocidos. En gramática, se refiere a la expresión del género mediante un cambio de terminación (por ejemplo, gato/gata es un caso de moción de género). En las lenguas semíticas, además, se llama moción a las vocales y los signos que las representan.
Así, moción es más que una palabra en la prensa política. Es un término con raíces, múltiples acepciones y una función clave en la vida democrática. Tras esta palabra se esconde todo un mecanismo de control y cambio, pero también una historia lingüística que va mucho más allá de la tribuna parlamentaria.
¿Quién iba a decir que una simple moción podría mover tanto? Habrá que mover a los delincuentes…