Quizá ya lo sabía pero yo, como usted, alguna vez roigo. Roigo, sí, no sobra la erre… y bien que sabe. ¡Roigan!
El verbo roer proviene del latín rodĕre, roer. Esta raíz también ha dado origen a otros términos en español, como corroer y erosión. La evolución del término muestra una caída de la d intervocálica, lo que es común en la transición de muchas palabras del latín al español.
El verbo rodĕre se forma a partir de una raíz indoeuropea wréh₂d-, que implica acciones como raspar o rascar. Este vínculo resalta cómo el concepto de roer está relacionado con el desgaste físico.
Roigan y roigo
La primera persona del singular en presente de indicativo de roer se conjuga como roo, roigo o royo, aunque roigo es la más aceptada.
Uso figurativo. Además de su significado literal, roer se utiliza para describir situaciones donde algo consume o atormenta a una persona emocionalmente, como en el resentimiento le roía por dentro.
En Aragón cuando las personas comían algo royéndolo se decía comer estilo perro.
NOTA: Roigan o no roigan, saben que estaremos encantados de recibir comentarios, quejas o cualquier sugerencia que les parezca oportuno, en hablar@hablarydecir.com