Singulto

abril 24, 2025

No creemos menester rescatar al singulto del olvido, pues no lo consideramos prioritario. Sí resulta esencial, en cambio, reconocer su existencia y estudiarla someramente. Y en eso estamos con esta extraña palabra.

Singulto. Etimología y significado

El término singulto se remonta al latín singultus, que designaba tanto el sollozo entrecortado como el hipo, extendiéndose metafóricamente a sonidos como el cacareo de las gallinas o el borboteo del agua. Esta dualidad semántica refleja la percepción antigua de vincular fenómenos fisiológicos con manifestaciones acústicas de la naturaleza.

El diccionario oficial de la RAE contiene dos acepciones que expone muy escuetamente:

  • Sollozo. Con sus sinónimos: gimoteo, lloro, lloriqueo, gemido, lamento, quejido y suspiro.
  • Hipo. Sinónimo: hipido.

Singulto. En medicina

En el ámbito médico, singulto es un tecnicismo para el hipo, definido como contracciones involuntarias del diafragma seguidas del cierre brusco de la glotis. Su uso especializado data del siglo XIX, cuando se identificó el papel del nervio frénico en su fisiopatología, aunque referencias tempranas aparecen ya en textos hipocráticos que lo asociaban a desequilibrios hepáticos o gástricos.

Culturalmente, el hipo ha sido objeto de remedios populares transmitidos oralmente, como contener la respiración, beber agua en posiciones forzadas o provocar un susto, prácticas que persisten a pesar de su escasa base científica. En la literatura médica, el singultus persistente (más de 48 horas) se considera un síntoma de alerta, vinculado a patologías como tumores cerebrales, trastornos metabólicos o complicaciones postquirúrgicas, lo que exige protocolos diagnósticos rigurosos.

Históricamente, destaca su mención en tratados renacentistas que mezclaban observaciones anatómicas con creencias humorales y en la actualidad sigue siendo un fenómeno de estudio en neurología, sobre todo en casos refractarios vinculados a daños del sistema nervioso central. Su persistencia en el lenguaje médico testimonia la continuidad entre el saber clásico y la terminología especializada moderna.

La doble acepción

Curiosamente, el término conserva en español su doble acepción: como sinónimo de sollozo en registros literarios y como equivalente médico de hipo. Esta polisemia evidencia la evolución lingüística desde el latín, donde ya coexistían ambos significados.

En el ámbito hispanohablante, su uso cotidiano como sinónimo de hipo es minoritario frente al vocablo común hipo, pero permanece vigente en ámbitos clínicos, donde aporta precisión terminológica.

 

Singulto: hipo, sollozo

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