Mitología griega
Teia. Sus orígenes
Teia, también llamada Tía, Tea o Eurifaesa (griego: Θεία, Theía, divina), fue una de las doce titánides de la primera generación divina. Hija de Urano (el Cielo) y Gea (la Tierra), pertenece a la raza primordial de deidades anteriores a los olímpicos. Se unió a su hermano Hiperión (titán de la luz celestial), con quien engendró a las lumbreras celestes: Helios (el Sol), Selene (la Luna) y Eos (la Aurora). Su linaje la vincula directamente con la creación de los fenómenos luminosos que estructuran el tiempo y la percepción humana.
Apariencia y simbolismo
Aunque las fuentes no detallan su aspecto físico, su nombre y calificativos hacen intuir una presencia radiante:
- Eurifaesa (de amplio brillo) alude a su esplendor luminoso.
- Icnea (rastreadora) la asocia con la agudeza visual.
- Basilea (reina) en versiones alternativas (Diodoro Sículo) destaca su autoridad maternal.
Se la representa implícitamente como una figura majestuosa, envuelta en luz dorada o plateada, acorde con su papel de dotar de brillo a metales y gemas. Su conexión con la vista la vincula a los ojos, órganos que los griegos antiguos creían emitían rayos de luz para percibir el mundo.
Teia. Atributos y dominio
Teia personificaba:
- La luz celestial. Como madre de Helios, Selene y Eos, encarnaba la fuente primordial de toda luminosidad.
- La visión humana. Los griegos creían que los ojos proyectaban luz para ver; Teia era la fuerza detrás de este fenómeno.
- El valor de los metales. Dotaba al oro y la plata de su resplandor y cualidades preciosas.
- La claridad mental. Su nombre (thea, vista) la asociaba con la perspicacia y la verdad oculta.
Papel en los mitos y personalidad
- Neutralidad en la Titanomaquia. Como la mayoría de titánides, no participó en la guerra contra Zeus, refugiándose después en el palacio de Helios.
- Protectora de la luz. Velaba por el ciclo diurno y nocturno a través de sus hijos.
- Perfil ambivalente. Combinaba la benevolencia maternal (según Diodoro, crió a sus hermanos) con un aura distante, propia de las deidades primordiales.
Transformación y legado
- Sincretismo religioso. Su figura se fusionó con otras diosas madres como Febe o Cibeles, diluyéndose en el culto olímpico.
- Influencia cultural. Su concepto de luz divina permeó la filosofía griega posterior, donde la vista se consideró el sentido más noble (Aristóteles, Metafísica).
- Supervivencia simbólica. Persiste en alegorías del conocimiento (ver la verdad) y en la etimología de palabras como teatro (theatron, lugar para ver).
Teia. Significado
Teia encarnaba la dualidad entre lo visible y lo oculto:
- Como madre del Sol, gobernaba lo evidente.
- Como diosa de la vista, revelaba lo invisible (mentiras, sueños, profecías).
Su mito subraya la importancia griega de la luz como metáfora del saber, un legado que trascendió al arte, la ciencia y el pensamiento occidental.