Exordio
No, eso no lo dice el sátrapa y cómitre de Sánchez, el jefe del albañal, él miente con mala fe y con indignidad pero no lo anuncia…
Vamos a contar mentiras. Origen
La locución coloquial vamos a contar mentiras es una frase que evoca recuerdos de la infancia para muchas personas en España. Esta expresión proviene de una canción infantil muy popular que ha sido transmitida de generación en generación. La canción, conocida por su letra pegajosa y su ritmo alegre, invita a los oyentes a sumergirse en un mundo de fantasía y creatividad, fomentando la imaginación y el juego.
La letra de la canción es simple pero rotunda. Cada estrofa es como un cuento en sí misma, donde la mentira se convierte en un acto de diversión y complicidad entre quienes la cantan. La canción comienza con la frase Vamos a contar mentiras, tralará, y a partir de ahí, se narran situaciones absurdas y exageradas que no tienen ningún fundamento en la realidad. Por ejemplo, se habla de ver un gato con botas y un ratón con corbata, entre otras cosas. Estas mentiras, aunque evidentemente falsas, son contadas con un tono jocoso y despreocupado, lo que hace que la canción sea aún más divertida.
La canción Vamos a contar mentiras ha dejado una huella imborrable en la cultura popular española. Ha sido utilizada en películas, programas de televisión e incluso en campañas publicitarias. Su popularidad radica en su capacidad para conectar con el niño interior de cada persona, recordándonos la importancia de conservar una parte de nuestra infancia y no perder la capacidad de asombrarnos y soñar despiertos.
Además, la canción tiene un componente educativo. Al contar mentiras de manera consciente y en un contexto lúdico, los niños aprenden a distinguir entre la realidad y la ficción. También se fomenta la creatividad, ya que los niños pueden inventar sus propias mentiras y añadirlas a la canción, creando así una versión única y personalizada.
Vamos a contar mentiras (versión infantil)
En resumen, la expresión vamos a contar mentiras es mucho más que una simple frase. Es un recordatorio de la importancia de la imaginación y la creatividad en nuestras vidas. Nos invita a dejar de lado las preocupaciones diarias y a sumergirnos en un mundo de fantasía, donde todo es posible y donde las mentiras se convierten en una forma de diversión y aprendizaje. Así que, la próxima vez que escuches esta canción, no dudes en unirte y dejar volar tu imaginación. ¡Vamos a contar mentiras, tralará!
Corolario adulto
Vamos a contar mentiras se convierte en una mordaz metáfora de la vida adulta contemporánea, donde la distorsión de la verdad parece haberse normalizado. En el mundo adulto, las mentiras se disfrazan de estrategias de marketing, discursos políticos y narrativas mediáticas que buscan manipular percepciones y mantener el control. Esta transposición refleja cómo los adultos participan en una danza de falsedades, aceptando ficciones convenientes para evitar enfrentar realidades incómodas. Así, lo que comienza como un juego inocente en la niñez se transforma en una herramienta cínica en la adultez, revelando una sociedad que a menudo prefiere la comodidad de las mentiras a la confrontación con la verdad.
Y la mayor parte de la responsabilidad la tienen los políticos y, sobre todo, las políticas. Quien quiera que entienda, que esto no es lenguaje seudoinclusivo…
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