Marco Denevi (1922-1998)
Traedme el caballo más veloz –pidió el hombre honrado–. Acabo de decirle la verdad al rey.
La sentencia latina Veritas odium parit se traduce literalmente como La verdad engendra odio. Proviene de un verso del dramaturgo romano Publio Terencio en su obra Andria, escrita alrededor del año 166 a.C. Esta expresión se ha convertido en proverbial y refleja la idea de que decir la verdad puede generar hostilidad o enemistad, ya que no siempre es bien recibida o puede resultar incómoda para algunos.
Sí, en España está muy de moda ahora mismo. Por eso la hemos elegido hoy en hablarydecir. Y no haremos más comentarios sobre esta reflexión de las consecuencias de la sinceridad y la honradez en las relaciones humanas, porque son innecesarios.
Decía Fernando Sorrentino en su artículo Marco Denevi, prodigioso inventor de mundos ficticios: Tengo la absoluta certeza de que, junto con Borges y Cortázar, Denevi integra el triunvirato de los mejores narradores argentinos del siglo XX y es posible que se quedara corto.
Denevi es maestro en el cuento, en el microrrelato. Y no lo es menos en novela y en teatro. Sabe construir tramas complejas y personajes memorables, a menudo con un toque de humor negro y una tendencia a lo estrafalario que se caracteriza por la ambigüedad y la intriga.
Las novelas Rosaura a las diez y Ceremonia secreta son ejemplos de su talento para la narrativa.
En el teatro destacamos Los expedientes, obra por la que recibió el Premio Nacional de Teatro.
En cuentos o microrrelatos su producción es extraordinaria, tanto en cantidad como en calidad. Destacaremos, sin embargo, Falsificaciones, obra de 1969, que es una colección de microrrelatos que parten de la idea de la autenticidad y la imitación, presentando historias que son reinterpretaciones libres de episodios históricos, sagrados o literarios. Veritas odium parit es uno de los ochenta y cinco microcuentos que componen esta obra.
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