Zeugma

Excepcionalmente, aunque no es raro, ciertos artículos de hablarydecir se clasifican en dos secciones diferentes. La razón es sencilla: no solo pertenecen a ambas, sino que su ausencia en cualquiera de ellas resultaría injusta. Es el caso del término zeugma, una extraña palabra que creemos que hay que rescatar del olvido.

Zeugma. Etimología y significado

La palabra zeugma proviene del latín zeugma y este del  griego ζεῦγμα, que significa yugo o lazo y refleja su función esencial de unir elementos, tanto en el lenguaje como en la geografía.

El diccionario de la RAE tampoco es demasiado expresivo: Elipsis por la cual dos o más términos aparecen unidos a un predicado que, en principio, es apropiado solo a uno de ellos, como en ‘dejé la casa y la paciencia’.

Este término tiene una doble vida semántica: por un lado, en la retórica, designa una figura que consiste en omitir un término que se aplica a varias partes de una oración, pero por otro, es el nombre de una antigua ciudad romana, también llamada Seleucia, situada a orillas del río Éufrates (actual Turquía), cuyo nombre aludía al puente que la unía con la ciudad vecina de Apamea.

En la retórica

En este ámbito, es una figura que juega con la economía del lenguaje al omitir palabras repetidas, evitando redundancias. Hay varios tipos: el zeugma simple, donde se omite un término idéntico en varias partes de la oración, como en Él bebe café; ella, té, donde se suprime bebe en la segunda cláusula; y el zeugma complejo, que implica una omisión con variaciones morfológicas, como en un pasaje de Cervantes donde el término omitido cambia según el contexto. Además, hay variantes como el prozeugma, en que el término omitido aparece al principio y el hipozeugma, donde el término se encuentra al final. Esta figura no solo sirve para ahorrar palabras, sino que también crea juegos semánticos y efectos estilísticos, como en Don Quijote, donde una palabra puede tener diferentes sentidos dentro de la misma oración, o en la poesía de Bécquer, donde el zeugma enfatiza contrastes emocionales.

Zeugma en la historia

Parece obvio que nuestra intención está fundamentalmente en referirnos a zeugma como figura retórica, pero no por eso vamos a dejar de citar a Zeugma, una ciudad con una rica historia. Fundada alrededor del año 300 a.C. por Seleuco Nicátor, uno de los generales de Alejandro Magno, llegó a alcanzar un esplendor notable durante el Imperio Romano, con una población estimada de 80.000 habitantes.

Su importancia radicaba en ser un punto clave en la Ruta de la Seda. Sin embargo, la ciudad fue destruida por los sasánidas en el siglo III y quedó parcialmente sumergida tras la construcción de una presa en el siglo XXI, lo que impulsó el rescate de los extraordinarios mosaicos de la antigua Zeugma, exhibidos ahora en el Museo de Mosaicos de Zeugma en la cercana Gaziantep. Los hallazgos arqueológicos en Zeugma son impresionantes, especialmente sus mosaicos, entre los que destacan el famoso esqueleto hedonista, que lleva inscrito un mensaje que invita a disfrutar la vida, y las representaciones de las nueve musas, con Calíope como figura central.

Confusión

Es importante diferenciar el zeugma de la elipsis, otra figura retórica que también implica omisiones. Mientras que el zeugma omite un término que se aplica a varias partes de una oración con un efecto semántico particular, la elipsis consiste en suprimir cualquier palabra innecesaria para lograr brevedad o ritmo. Por ejemplo, en Perdió el tren y la paciencia, el verbo perdió se aplica a ambos objetos, constituyendo un zeugma, mientras que en Vino, pan y alegría, se omite el verbo hubo, lo que sería una elipsis.

 

Zeugma: figura retórica y ciudad romana

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