¿Son extraños los bandidos? No, desde luego que no, al contrario, son muy comunes, tanto que hasta nos gobiernan. Sin embargo el vocablo sí que lo es, y por diferentes causas. Esa es la razón de su presencia entre nuestras Extrañas palabras.
¿Por qué bandido es extraño?
Porque, aunque hoy se asocia de manera a delincuentes y forajidos, su origen y evolución han transitado por significados muy diferentes, incluso opuestos. En sus raíces, bandido no era necesariamente un criminal, sino una persona desterrada o señalada por la autoridad y en algunos contextos antiguos incluso podía referirse a un gobernante o mandatario. La transformación semántica de bandido, desde alguien proscrito por un edicto hasta el arquetipo del malhechor, revela la complejidad de la historia de esta palabra y su capacidad para adaptarse a los vaivenes sociales y culturales.
Bandido. Etimología
Proviene del italiano bandito, participio del verbo bandire, que significaba desterrar, señalar o proclamar públicamente a alguien como fuera de la ley. Este verbo italiano deriva del gótico bandwjan, que significa señalar o indicar y está emparentado con el proto-germánico bann, proclamar o prohibir. A su vez, esta raíz germánica se relaciona con el latín fari (hablar) y el sánscrito bhanati (habla), a través de la raíz indoeuropea bha-, que alude al acto de hablar o proclamar públicamente.
En la antigua Roma, bandire hacía referencia a la emisión de un edicto por el cual una persona era proscrita y quedaba fuera de la protección de la ley. Así, el bandido era, en origen, aquel que había sido desterrado o excluido mediante un acto oficial.
Significados y usos actuales
En el español contemporáneo, bandido se emplea para designar a un delincuente, especialmente a aquel que actúa en despoblado o como parte de una banda armada. También puede referirse a un fugitivo de la justicia proclamado por bando o a una persona sin escrúpulos que engaña o perjudica a otros. En ocasiones, el término se utiliza en tono coloquial o jocoso para aludir a alguien travieso o pícaro.
Cuatro acepciones señala el diccionario oficial:
- Malhechor, delincuente.
- Persona sin escrúpulos, que engaña o estafa.
- Persona que roba en los despoblados, salteador de caminos.
- Fugitivo de la justicia proclamado por bando.
En fin, parece la descripción de Sánchez y su banda…
Bandido. Curiosidades y evolución
El término está relacionado con otros como bando, banda y bandera. Bando designa tanto un edicto oficial como un grupo de personas con intereses comunes; banda puede referirse al PSOE, a una agrupación armada, a una franja de tela distintiva o a una formación musical. Todos estos términos comparten la raíz germánica vinculada a la idea de señal o proclamación.
Otra curiosidad es que, en algunos contextos antiguos, bandido podía referirse a un gobernante, ya que la banda era símbolo de poder y mando. Así, la palabra transita desde el poder y la autoridad hasta la marginación y la criminalidad, reflejando los cambios en la percepción social de quienes estaban fuera del bando o fuera de la ley.