¿Para qué sirve el vello en las axilas?
El vello axilar es el pelo que aparece bajo las axilas durante la pubertad, como resultado de los cambios hormonales propios de esta etapa. Su desarrollo varía según factores hereditarios y hormonales y suele ser más grueso y pigmentado que el vello infantil. Aunque muchas personas optan por eliminarlo por razones estéticas, el vello axilar cumple funciones biológicas relevantes, como la protección de la piel, la regulación térmica y la participación en la comunicación química a través de feromonas.
- Amplificación de olores y feromonas. El vello axilar ayuda a amplificar los olores producidos por las glándulas apocrinas, que se activan en la pubertad. Estas glándulas secretan un sudor rico en proteínas y lípidos que, al ser metabolizado por bacterias, produce sustancias olorosas. Se cree que estos olores, que pueden contener feromonas, tienen un papel en la atracción sexual y en la comunicación química entre personas.
- Protección térmica. El vello axilar actúa como una barrera que ayuda a proteger la piel de las axilas frente a temperaturas extremas, tanto del frío como del calor, manteniendo una temperatura óptima en esa zona sensible.
- Reducción de la fricción. Reduce el roce entre la piel del brazo y el torso, lo que disminuye la irritación y las molestias, especialmente durante actividades físicas o movimientos repetitivos.
- Retención y canalización del sudor. Ayuda a ralentizar el sudor, evitando que gotee rápidamente por el cuerpo, lo que puede ser incómodo. Además, favorece la ventilación y puede alejar la humedad de la piel, reduciendo la proliferación de bacterias que causan mal olor.
- Protección ante polvo y rayos ultravioleta. Aunque en menor medida, el vello también puede ofrecer cierta protección frente a partículas externas y la radiación solar en una zona delicada.
Así, el vello axilar no es un residuo evolutivo, sino que cumple funciones de protección, comunicación química y regulación, aunque su importancia ha cambiado con las costumbres sociales actuales. Su eliminación responde más a cuestiones estéticas y culturales que a necesidades médicas.