¿Para qué sirve la nuez de Adán en el cuerpo humano?
La nuez de Adán es una prominencia visible en la parte anterior del cuello, formada por el cartílago tiroides, una estructura en forma de escudo que forma parte de la laringe. Este cartílago protege las cuerdas vocales y la parte frontal de la laringe y está compuesto por cartílago hialino, un tejido firme pero flexible.
Funciones de la nuez de Adán
- Protección. La función principal de la nuez de Adán es proteger las cuerdas vocales y las paredes de la laringe frente a lesiones externas.
- Producción y modulación de la voz. El cartílago tiroides alberga las cuerdas vocales y participa en la producción de sonidos. Su tamaño y forma influyen en la resonancia y el tono de la voz. Un cartílago tiroides más grande, como suele ocurrir en los hombres tras la pubertad, contribuye a una voz más grave y resonante.
- Marcador de madurez sexual. En los hombres, el crecimiento de la nuez de Adán durante la pubertad es un carácter sexual secundario que indica madurez sexual y cambios hormonales, especialmente por el aumento de la testosterona.
Diferencias entre hombres y mujeres
Característica | Hombres | Mujeres |
---|---|---|
Tamaño del cartílago tiroides | Más grande y prominente | Más pequeño y menos visible |
Cambios en la pubertad | Crece notablemente, haciendo la nuez más visible | Crece poco, suele ser poco perceptible |
Función en la voz | Contribuye a voz más grave y resonante | Voz generalmente más aguda, cartílago menos grande |
Presencia | Todos la tienen, pero más visible en varones | Todas la tienen, pero menos prominente |
En resumen, la nuez de Adán es una estructura anatómica presente en todas las personas, aunque es más visible en los hombres. Su función principal es proteger la laringe y las cuerdas vocales, además de contribuir a la modulación de la voz y servir como marcador de madurez sexual en los varones
¿Por qué se llama nuez de Adán?
Se llama nuez de Adán o manzana de Adán por una mezcla de leyenda bíblica y una confusión lingüística en la traducción del hebreo al latín, que relacionó la palabra para protuberancia masculina con la palabra para manzana y el nombre Adán como símbolo del primer hombre.