Issei Sagawa: crimen y espectáculo

Issei Sagawa nació en Kōbe (Japón), en 1949, en el seno de una familia acomodada. Su padre era presidente de una empresa de hidroeléctricas, lo que le permitió acceder a una educación privilegiada.

Desde joven mostró una inteligencia precoz, pero también signos de aislamiento y fijaciones sexuales que nunca se abordaron clínicamente. Estudió literatura inglesa en la Universidad de Wako y más tarde se trasladó a París para cursar estudios de posgrado en la Sorbona. Su entorno académico y cultural no impidió que desarrollara una obsesión patológica por el canibalismo, que él mismo describía como una pulsión estética y erótica.

Issei Sagawa. Su crimen

El 11 de junio de 1981, Sagawa asesinó a Renée Hartevelt, una estudiante neerlandesa de literatura comparada que hablaba español con fluidez y mantenía con él una relación intelectual.

La invitó a su apartamento con el pretexto de leer poesía, le disparó por la espalda y posteriormente cometió actos de canibalismo con su cuerpo. Documentó el proceso con fotografías y notas y conservó restos durante varios días. La policía lo detuvo cuando intentaba abandonar el cadáver en una maleta en el parisino Bosque de Bolonia.

Consecuencias

El caso se juzgó en Francia, donde Sagawa acabó declarado legalmente incapaz de ser procesado por razones de salud mental. Fue internado en un hospital psiquiátrico, pero tras presiones diplomáticas y mediáticas, fue repatriado a Japón en 1984. Allí, las autoridades lo consideraron ya evaluado y no lo sometieron a nuevo juicio. Como resultado, Sagawa vivió en libertad el resto de su vida, sin condena penal efectiva.

Esta impunidad generó un debate internacional sobre los vacíos legales entre jurisdicciones y sobre el tratamiento de los crímenes transnacionales.

Exposición mediática y deriva pública

Lejos de ocultarse, Sagawa se convirtió en figura mediática en Japón. Publicó libros, participó en programas de televisión, colaboró en cine pornográfico y escribió columnas sobre gastronomía. El morbo editorial alimentó su notoriedad y lo convirtió en personaje de culto, especialmente en ciertos círculos mediáticos y contraculturales japoneses.

Intelectuales y juristas criticaron con dureza esta exposición mediática y denunciaron la banalización del crimen, así como la revictimización simbólica de Hartevelt.

Sagawa falleció en 2022, tras una vida marcada por el escándalo, la impunidad y la explotación mediática de su delito.

Issei Sagawa. Consideraciones

El caso de Issei Sagawa plantea interrogantes sobre los límites de la justicia, la responsabilidad penal, el tratamiento mediático del crimen y la fascinación cultural por lo monstruoso.

Su figura encarna una paradoja: la del asesino que se convierte en celebridad y la de una víctima hispanohablante cuya memoria la eclipsó el espectáculo. Su historia exige, claramente, una reflexión crítica sobre el papel de los medios, la ética narrativa y la memoria de las víctimas.

 

Pese a estar muerto, también está encerrado vitaliciamente con los Criminales y otros delincuentes de hablarydecir.com

Retrato en blanco y negro de Issei Sagawa, rodeado de manchas rojas y negras, con un símbolo anarquista pintado sobre el fondo caótico

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