Eduardo Benot Rodríguez nació en Cádiz el 26 de noviembre de 1822, en el seno de una familia culta y acomodada, hijo de Julián Bernardo Benot, de origen italiano, y Rafaela Rodríguez.
Académico Eduardo Benot. Semblanza
Fue un erudito versátil, destacando como político, escritor, matemático, filólogo, lexicógrafo y científico. Desde muy joven mostró inteligencia precoz, iniciándose en el periodismo antes de los quince años y llegando a escribir obras y tratar diversos temas científicos y literarios.
Fue profesor y director del colegio San Felipe Neri en Cádiz, así como catedrático de geodesia y astronomía en el Observatorio de la Marina de San Fernando. Fue además innovador en temas científicos, en particular en el aprovechamiento de la energía de las mareas. Murió en Madrid en 1907.
Sus actividades
Benot tuvo una intensa actividad política y cultural. Militó en el Partido Republicano Liberal y posteriormente en el federal, desempeñando cargos públicos como diputado por Jerez de la Frontera y senador. Fue un ferviente defensor de la república federal en España durante la I República, llegando a ser ministro de Fomento en 1873. Durante su mandato promovió la creación del Instituto Geográfico y Estadístico y la ley que penalizaba el trabajo infantil.
Además, destacó como pedagogo, introduciendo en España el Método Ollendorf para la enseñanza de lenguas modernas y publicó gramáticas de inglés, francés, italiano y alemán. Su obra toca también áreas científicas y filosóficas, y participó activamente en publicaciones avanzadas sobre ciencia y progreso social.
Benot en la RAE
Eduardo Benot fue elegido académico correspondiente en 1863 y académico de número en la Real Academia Española en 1887. Tomó posesión el 14 de abril de 1889 con el discurso titulado ¿Qué es hablar?, al que respondió Víctor Balaguer en nombre de la corporación. En ese ingreso a la RAE sustituyó en la silla Z a Cándido Nocedal y Rodríguez de la Flor que había fallecido en 1885.
La silla quedó vacante durante cuatro años debido a dificultades internas en la Academia para alcanzar consenso y elegir un sucesor, un periodo habitual en casos de disputas o debates entre los académicos.
En suma, Eduardo Benot Rodríguez fue un hombre polifacético que combinó su vocación científica y pedagógica con un compromiso político republicano, y cuya labor en la Real Academia Española fue producto de su dedicación al estudio y promoción de la lengua española.




