Francisco José de Caldas fue uno de los grandes sabios de la América hispana: científico, patriota y humanista cuya curiosidad lo llevó a cruzar fronteras del conocimiento. Su figura encarna el ideal del polímata ilustrado en un continente que buscaba afirmarse cultural y políticamente.
En la Nueva Granada de finales del siglo XVIII, marcada por la tensión entre tradición colonial y ansias de modernidad, emergió un hombre que se definía a sí mismo como devorado por el furor de ser útil.
Nuestro protagonista no fue únicamente un científico: fue un espíritu inquieto que convirtió la precariedad de medios en estímulo para la invención y la reflexión. Su vida, truncada por el fusilamiento en 1816, se convirtió en símbolo de la unión entre saber y compromiso político.
Caldas. Semblanza personal
Nacido en Popayán (hoy Colombia) en 1768, Caldas mostró desde niño una inclinación por las matemáticas y la astronomía. Aunque se graduó en derecho para satisfacer a su familia, pronto abandonó la carrera jurídica para entregarse a la observación del cielo y la naturaleza.
Su carácter se distinguía por la disciplina y la pasión, pero también por la capacidad de diálogo con figuras como José Celestino Mutis y Alexander von Humboldt, quienes reconocieron en él un talento singular. Apodado el Sabio, fue recordado por su austeridad y por la convicción de que el conocimiento debía servir al bien común.
Su trayectoria
Caldas se vinculó a la Real Expedición Botánica y más tarde dirigió el Observatorio Astronómico de Santafé, que se convirtió en centro de reunión de los próceres independentistas.
Sus investigaciones abarcaron la geografía, la botánica y la física, con aportes como el hipsómetro, instrumento para medir la altitud mediante el punto de ebullición del agua. Fundó el Semanario del Nuevo Reino de Granada, revista científica y política que difundió ideas ilustradas y patrióticas. En paralelo, participó en la organización militar de la independencia, lo que le costó la vida cuando fue fusilado por las autoridades realistas en 1816.
¿Por qué es un polímata Caldas?
La polimatía de Caldas se manifiesta en la amplitud de sus intereses y logros. Fue astrónomo, trazando mapas celestes y calculando coordenadas; geógrafo, describiendo la diversidad del territorio neogranadino; botánico y naturalista, clasificando especies y reflexionando sobre la influencia del clima en los seres vivos; ingeniero, al diseñar instrumentos científicos; periodista y ensayista, al difundir ideas en su semanario; y finalmente patriota, integrando ciencia y política en la construcción de una identidad americana.
Su legado demuestra que en América la figura del polímata no se limitó a la acumulación de saberes, sino que se proyectó en la transformación social y cultural.
En conclusión, Francisco José de Caldas fue un polímata porque conjugó ciencia, técnica, literatura y acción política en una sola vida. Su ejemplo revela cómo la curiosidad intelectual y el compromiso histórico pueden fundirse en una figura que trasciende su tiempo y se convierte en símbolo de la modernidad americana.




