Poema de Gabriel Zaid
Texto íntegro del poema Canción de seguimiento, de Gabriel Zaid
No soy el viento ni la vela
sino el timón que vela.
No soy el agua ni el timón
sino el que canta esta canción.
No soy la voz ni la garganta
sino lo que se canta.
No sé quien soy ni lo que digo
pero voy y te sigo.
Sobre Canción de seguimiento
Estamos ante una obra tan breve como simbólica y reflexiva, con un lenguaje sencillo para tratar sobre el papel del individuo en relación con los demás y con el mundo. A través de una serie de negaciones y afirmaciones, el hablante poético define su identidad no por lo que es en un sentido absoluto, sino por su función y propósito.
El poema se estructura como una especie de declaración de humildad y servicio. Por ejemplo, al afirmar no soy el viento ni la vela, sino el timón que vela, el hablante se sitúa como un elemento intermedio, no grandioso ni protagonista, pero esencial. Este tipo de imágenes subraya la importancia de roles aparentemente secundarios, pero indispensables para el equilibrio y funcionamiento colectivo.
La repetición de estructuras similares a lo largo del poema crea un ritmo musical, reforzando la idea de canción en su título. Además, el uso constante de contraposiciones (lo que no es frente a lo que sí es) invita a reflexionar sobre cómo las personas encuentran significado no solo en lo que hacen o representan, sino también en cómo se relacionan con otros elementos más grandes o más pequeños.
Estilísticamente, se observa una economía del lenguaje característica de Gabriel Zaid, lo que permite varias interpretaciones: como una meditación sobre la humildad, la interdependencia o incluso sobre el acto mismo de seguir (como sugiere el título).
En conclusión, Canción de seguimiento es un poema que celebra la modestia y la funcionalidad dentro del todo. En lugar de buscar protagonismo o grandeza, el hablante poético encuentra valor en ser parte esencial de algo mayor, una lección que resuena tanto en lo personal como en lo colectivo.
Sobre Gabriel Zaid y su obra
Gabriel Zaid, nacido el 24 de enero de 1934 en Monterrey (Nuevo León, México). Se graduó como ingeniero mecánico administrador en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey en 1955. A pesar de su formación técnica, Zaid decidió dedicarse al mundo de la cultura y las letras.
En 1958, Zaid se mudó a la Ciudad de México y publicó su primer libro, Fábula de Narciso y Ariadna. Formó parte de la Generación de Medio Siglo, junto a escritores como José Emilio Pacheco, Salvador Elizondo y Juan García Ponce. A finales de la década de 1960, comenzó a publicar ensayos en La Cultura en México.
Una característica distintiva de Zaid es su decisión de mantenerse alejado de la atención pública. No concede entrevistas ni permite que se publiquen fotografías suyas, prefiriendo ser conocido solo a través de sus textos.
Por no extendernos demasiado, pueden ver un resumen de su obra en nuestras efemérides del 24 de enero.