Alphonse Allais
Texto íntegro de Este teatro podría llamarse ‘La muerte mutua’, microrrelato de Alphonse Allais
Publicado en 1899 como parte del libro Pour cause de fin de bail (Por fin del alquiler)
Como en todos los teatros, en el del señor Bigfun (gran empresario australiano) se representan dramas humanos y melodramas sobrehumanos. Pero hay un detalle que añade interés al espectáculo: las víctimas son verdaderas víctimas, y no transcurre una sola representación sin que haya al menos un crimen real o un suicidio de verdad.
Lo más extraño de esta extraña empresa es que, desde la apertura de su teatro, el señor Bigfun nunca tuvo inconvenientes para encontrar víctimas voluntarias. Al principio se trató de pobres diablos que, para dejar un dinero a su familia indigente, no dudaban en sacrificar sus vidas. Después vinieron los desesperados de ambos sexos; amantes infelices, muchachas abandonadas, todos desempeñaron una mala actuación en la puesta en escena de sus muertes.
Finalmente, llegó el turno del esnobismo y mucha gente, sin una profunda razón, se ofreció para el papel de víctima por el mero placer de impactar al público. Pronto aparecieron los apostadores y hoy no resulta extraño ver en los bares de Melbourne o de Sydney a unos borrachos haciendo apuestas en las que está en juego su muerte violenta, pero estética, en el escenario del querido Bigfun.
Pese a los enormes gastos (algunos de los macabros protagonistas cobran hasta un millón de libras), nuestro empresario ha amasado una fortuna considerable.
Cuando la víctima voluntaria posee algo de talento y, sobre todo, una bella voz, el precio de las entradas no tiene límites.
Sobre Este teatro podría llamarse ‘La muerte mutua’
Incorporamos a Microrrelatos Este teatro podría llamarse ‘La muerte mutua’, de Alphonse Allais es una sátira que critica la banalización de la tragedia humana y el sensacionalismo. La historia describe un teatro donde las representaciones incluyen muertes reales, ya sean crímenes o suicidios, con víctimas voluntarias que participan por diversas razones: desde la desesperación económica hasta el simple esnobismo.
El título La muerte mutua, alude al carácter compartido de estas tragedias: tanto el público como las víctimas se involucran en un pacto implícito donde la muerte se convierte en espectáculo. Este nombre refuerza la idea de una sociedad que consume el sufrimiento ajeno como entretenimiento, desdibujando los límites entre lo real y lo teatral. El relato es una crítica mordaz a la deshumanización y al morbo colectivo, temas que siguen siendo relevantes en la actualidad. Y no poco, por desgracia.
Sobre Alphonse Allais
Alphonse Allais (1854-1905) fue un escritor, periodista, humorista y artista francés, reconocido como una figura clave de la Belle Époque y precursor de las vanguardias artísticas. Nacido en Normandía, comenzó estudios de farmacia que abandonó para dedicarse al periodismo y la literatura.
Su estilo se caracteriza por el humor absurdo, la ironía y la crítica social, elementos que plasmó en más de 1.700 relatos cortos, una novela, poemas y obras teatrales. Fue colaborador y director del famoso cabaret literario Le Chat Noir, donde consolidó su fama a través de cuentos humorísticos y sátiras.
Allais fue un pionero del arte conceptual y el minimalismo. En pintura, presentó obras monocromáticas con títulos irónicos, como Primera comunión de jóvenes anémicas en la nieve (un cuadro completamente blanco), anticipándose a movimientos como el suprematismo de Malevich. En música, su composición Marcha fúnebre compuesta para las exequias de un gran hombre sordo, una partitura en blanco, prefiguró el famoso 4’33» de John Cage.
Su legado humorístico incluye innovaciones como los versos holorimos (homófonos con significados distintos) y textos que desafiaban las normas literarias de su tiempo.
La obra de Allais no solo ridiculizó convenciones artísticas y sociales, sino que también abrió camino a las vanguardias del siglo XX al explorar los límites del arte y el lenguaje con ingenio y provocación.
Alphonse Allais falleció en París, el 28 de octubre de 1905, a los 51 años de edad.