Quizá ya lo sabía, pero el tenedor (o la horquilla) del hereje, era un instrumento de tortura utilizado durante la época de la Inquisición, no en la Edad Media en general. Se diseñó para infligir un tormento físico y psicológico prolongado, no para causar una muerte inmediata.
El instrumento consistía en un collar metálico con un tenedor de doble punta en la parte frontal. Una punta se colocaba bajo la barbilla y la otra sobre el esternón del prisionero. Este diseño impedía cualquier movimiento de la cabeza sin causar dolor, dificultando enormemente el habla y el descanso.
Aunque no causaba la muerte, el tenedor del hereje infligía un sufrimiento considerable. El condenado debía permanecer en una posición incómoda durante periodos prolongados, lo que llevaba al agotamiento, el dolor crónico y a complicaciones más graves.
El tenedor del hereje fue utilizado por la Inquisición para castigar a los acusados de herejía. Su propósito era tanto punitivo como coercitivo, diseñado para forzar confesiones o abjuraciones de las supuestas creencias heréticas.
Tradicionalmente, el tenedor llevaba grabada la palabra latina abiuro (abjuro), reflejando su función en el proceso inquisitorial. Aunque no es tan conocido como otros instrumentos de tortura, la horquilla (o tenedor) del hereje es un ejemplo de los métodos utilizados por la Inquisición para mantener la ortodoxia religiosa.