Quizá ya lo sabía, pero en el corazón del Pirineo aragonés, a 2.074 metros de altitud y a los pies del Aneto, el Forau de Aiguallut es un fenómeno kárstico donde las aguas del río Ésera —originadas en los glaciares de la Maladeta— desaparecen bajo tierra para reaparecer 4 kilómetros después en el valle de Arán. Un capricho geológico que altera su destino natural: en lugar de fluir hacia el Mediterráneo, estas aguas acaban en el Atlántico a través del río Garona.
El nombre forau proviene el aragonés agujero o sumidero, refiriéndose a su forma de embudo. Aiguallut. Deriva de aigua (agua) y allut (que se pierde), aludiendo a su función como desagüe natural.
- Sumidero gigante. 70 metros de diámetro y 40 de profundidad, uno de los más grandes de Europa.
- Fluoresceína. En 1931, científicos vertieron 60 kilos de este colorante para trazar su recorrido subterráneo.
- Cambio de cuenca hidrográfica. Las aguas pasan del Ésera (Mediterráneo) al Garona (Atlántico).
- Origen. Se alimenta de los glaciares del Aneto y la Maladeta.
- Cascada. Antes de hundirse, el agua forma una cascada espectacular.
- Mirador natural. Desde el sendero se observa el Aneto (3.404 m) y su glaciar.
- Ruta histórica. El Camí dels Aranesos era usado por pastores para cruzar al valle de Arán.
- Hábitat de marmotas. En el Plan d’Estan, junto a la ruta, se escuchan sus silbidos.
- Techumbre perdida. Hace siglos estaba cubierto; la erosión lo dejó al descubierto.
- Monumento natural. Es parte de la zona protegida de los Glaciares Pirenaicos.
- Leyenda. En el valle de Arán, su resurgencia se llama Ojos del diablo.
- Paraíso geológico. Es un ejemplo de drenaje kárstico en alta montaña.
- Escenario invernal. En invierno, el Forau de Aiguallut se recorre con raquetas entre nieve virgen.
- Biodiversidad. Zona de buitres, sarrios y flora alpina como la genciana.