Imagine un edificio que eclipsa el cielo, un esfuerzo que desafía la lógica o una tormenta que borra el horizonte. Para describir lo que excede los límites de lo normal, el español recurre a una palabra tan contundente como versátil: descomunal. Este adjetivo no solo designa tamaño, sino también una idea: lo que trasciende de lo aceptable. Pero surgen dudas razonables: ¿qué y por qué algo es descomunal? ¿Puede graduarse?
Descomunal. Etimología
Este vocablo es un ejemplo magistral de cómo los prefijos pueden alterar radicalmente el significado:
- Comunal. Del latín communalis (perteneciente a la comunidad), término que en la Edad Media designaba tierras, bosques o recursos de uso colectivo. Lo comunal era sinónimo de medida compartida, lo que una sociedad consideraba estándar.
- Des-. Este prefijo de negación o inversión (como en deshacer o desconocer) se une a comunal para crear un significado nuevo: que se aparta de lo común.
Primer registro. Aparece en el Diccionario latino-español de Antonio de Nebrija (1495) como equivalente de enormis (fuera de norma), ya con connotaciones de desmesura.
Curiosidad. En el siglo XV, se aplicaba a conflictos que rompían la armonía comunal, como guerras entre aldeas. Con el tiempo, el término migró hacia lo físico y abstracto.
Significado: Más allá del tamaño
El diccionario de la RAE define descomunal como extraordinario, monstruoso, enorme, muy distante de lo común en su línea. pero su riqueza semántica va más allá:
1. Dimensión física. Una ola descomunal sugiere no solo tamaño, sino fuerza amenazante.
2. Cualidades abstractas. Un error descomunal implica gravedad; un talento descomunal, excelencia fuera de lo habitual.
3. Ironía. En contextos coloquiales, puede usarse para exagerar trivialidades: ¡Qué descomunal lío has armado por llegar tarde!
4. Matiz. A diferencia de gigantesco o colosal, lleva implícito el subjetivismo: un árbol descomunal en un bosque nórdico quizá sería normal en la Amazonía.
Cultura y descomunal
- Arte. Aunque ninguno de los Disparates de Goya lleva el término descomunal en su título, sus imágenes grotescas y desbordantes desafían la razón con una fuerza verdaderamente descomunal.
- Literatura. Cervantes usa términos afines para describir a los gigantes que Don Quijote combate (molinos de viento).
- Cine. El término aparece en críticas para elogiar efectos visuales (La escala descomunal de Dune) o condenar presupuestos (Un derroche descomunal).
- Redes sociales. Los memes usan el término para hiperbolizar situaciones cotidianas.
Curiosidades lingüísticas
¿Se puede decir muy descomunal? La RAE acepta que, aunque originalmente es un adjetivo no graduable (como único), el uso coloquial admite intensificadores: Es tan descomunal que no cabe en la foto.
Sinónimos con matices:
– Colosal: Implica comparación con monumentos (el Coloso de Rodas).
– Monstruoso: Añade connotación de anormalidad.
– Titánico. Evoca esfuerzo sobrehumano (los Titanes de la mitología).
En otros idiomas:
– Inglés. Monumental (positivo) o gargantuan (del gigante Gargantúa).
– Francés. Phénoménal (ligado a lo extraordinario).
– Alemán. Gigantisch (relacionado con gigantes).
Psicología de lo descomunal: ¿Por qué nos fascina?
Dos respuestas contradictorias:
- Atracción. Lo enorme impone respeto (edificios icónicos, montañas).
- Rechazo. Lo excesivo puede provocar kenopsia (miedo a espacios vacíos de escala sobrehumana).
Según estudios como los de la Universidad de Stanford, se cree que enfrentarnos a lo descomunal nos hace sentir simultáneamente insignificantes y conectados a algo mayor, una paradoja que explica su uso en discursos motivacionales (logros descomunales) y alertas climáticas (crisis descomunal) o políticas (estafa descomunal del PSOE).