Acometemos una duda que, en este caso, sí es razonable, y no poco. Tan poco que aún hoy sigue habiendo controversias al respecto. Pongamos, por ejemplo, una expresión muy común en España que, sin embargo, en Hispanoamérica es incorrecta, o al menos, extraña: Voy a por el pan.
Origen y evolución de la expresión
La construcción ir a por + sustantivo (ejemplo: voy a por el pan) es una peculiaridad del español europeo documentada desde los siglos XVI-XVII, según la RAE. Surge de la fusión de dos estructuras:
- Ir a (indicando dirección: voy a la tienda).
- Ir por (denotando propósito: voy por pan).
Esta doble preposición (a + por) cumple una función semántica clave que es evitar ambigüedades. Por ejemplo:
- Voy por mi hijo → Puede significar en su lugar o a buscarlo.
- Voy a por mi hijo → Solo significa a buscarlo.
Ir a por. ¿Qué opina la RAE?
La Real Academia Española reconoce ambas formas como válidas, pero con diferencias geográficas:
- España. Uso generalizado de a por en registros coloquiales y formales.
- Hispanoamérica. Predomina ir por, percibiéndose a por como un españolismo.
En la norma culta panhispánica, la RAE señala que ir por goza de mayor prestigio, pero no censura a por citando ejemplos literarios como los de Carmen Martín Gaite.
Perspectiva hispanoamericana: rechazo y percepción
Para los hispanohablantes, voy a por el pan suena extraño o incorrecto, asociándose inmediatamente con el español de España. Esta divergencia refleja un patrón sistemático:
España | Hispanoamérica |
---|---|
Salgo a por leche | Salgo por leche |
Voy a por el coche | Voy por el coche |
Sube a por abrigos | Sube por abrigos |
La resistencia al uso de a por en América se fundamenta en:
- Tradición gramatical. Algunas gramáticas históricas (como la de 1874) lo calificaron como solecismo.
- Economía lingüística. Consideran redundante la preposición a.
Argumentos a favor de a por
- Precisión semántica. Distingue entre motivo (voy por negocios) y acción concreta (voy a por documentos).
- Herencia literaria. Autores como Camilo José Cela, Alonso Zamora Vicente y tantos otros la emplearon en obras canónicas.
- Dinamismo lingüístico. Ejemplo de evolución natural del idioma, comparable a expresiones como de por vida o para con.
¿Por qué genera polémica?
El debate refleja tensiones entre:
- Purismo frente a uso real. Mientras algunos insisten en evitar preposiciones duplicadas, la RAE prioriza el enfoque descriptivo de documentar prácticas lingüísticas sin juzgarlas.
- Identidad dialectal. Para muchos americanos, rechazar a por es una forma de diferenciación cultural.
Corolario. ¿Es correcto?
Sí, voy a por el pan (y todas las expresiones similares en su formación) es gramaticalmente válida en el marco del español europeo, aunque su aceptación global depende de factores geográficos y sociolingüísticos. Como señala el Centro Virtual Cervantes, esta construcción es un rasgo identitario del español peninsular que, lejos de ser un error, enriquece la diversidad del idioma.